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Kenneth Branagh le debe mucho al genio entintado de William Shakespeare; afirmación que adquiere su auténtico significado ante el número de adaptaciones que jalonan la carrera del actor.
El intérprete nacido en Belfast se dio a conocer a nivel planetario con su icónica caracterización del enérgico y ambicioso Henry V, y desde entonces ha mantenido una relación estable y fiel con las obras del bardo alumbrado en Stratford-upon-Avon. Pero el ex de Helena Bonham Carter quería ir más allá, y meterse en la piel y el esqueleto del responsable de Romeo y Julieta; como antes que él habían experimentado otros compañeros de profesión, tales como Joseph Fiennes y Tim Curry.
Tras décadas de sudoroso fulgor isabelino, Sir Kenneth ha cumplido al fin su ilusión confesa; y ha podido pasearse con la calvicie prominente y las ropas oscuras del dramaturgo isleño, en el filme All Is True, que Branagh dirige y protagoniza.
El imaginativo Ben Elton (guionista que ya colaboró con KB en Mucho ruido y pocas nueces) es quien se ha encargado de preparar el sensitivo libreto de la película. Un texto que muestra los últimos años en la existencia de Shakespeare, cuando vivía apartado de la sociedad londinense por causa de sus múltiples pleitos, al lado de su esposa Anne Hathaway y de algunos de sus amigos, como el tercer duque de Southampton (Henry Wriothesley).
KENNETH BRANAGH ENCUENTRA LA RAÍZ DE SU INSPIRACIÓN
The New Place (el edificio que se erige en la actualidad, en el mismo lugar donde estuvo la casa de Shakespeare) se ha convertido en un trasiego de técnicos y cachivaches varios, en desafío permanente para trasladar el bucólico enclave a las lejanas primeras décadas del siglo XVII.
Un laberinto de personas frenéticas, que tienen en Kenneth Branagh el ideal maestro de ceremonias, siempre atento para saltar de detrás hacia delante del objetivo de la cámara.
El aparatoso maquillaje que luce la estrella norirlandesa acompaña continuamente al otrora alter ego de Victor Frankenstein; y oculta sus rasgos nórdicos, para enfatizar la calvicie y la oscuridad física con la que convivió el Bardo de Stratford hasta el momento de su defunción, acaecida el 23 de abril de 1616, cuando el inmortal escritor y poeta contaba sólo 52 años de edad.
All Is True acerca su narrativa audiovisual a exponer la realidad final del célebre creador isabelino. Una misión que el ex de Emma Thompson emprende con la sabiduría de la sencillez escénica, aunque sin escatimar los típicos esfuerzos de caracterización que ya forman parte de la manera en que Branagh suele encarar los papeles que caen entre sus manos.
Junto al protagonista de Shackleton, la veterana Judi Dench aparece como Anne Hathaway: la esposa del bardo británico. Pese a la diferencia de edad (Dench saca a Branagh 26 primaveras, frente a los ocho años que distaban entre Hathaway y Shakespeare), la actriz de Philomena intenta que no se note demasiado el desequilibrio generacional. Un clamor de amores tardíos, al que también comparece Ian McKellen (El señor de los anillos), embutido en los nobiliarios ropajes de Henry Wriothesley.
Cuentan las crónicas literarias, que Shakespeare falleció supuestamente por una intoxicación etílica: bacanal de licores, con la que probablemente intentaba escapar de sus numerosos problemas familiares y financieros. Una verdad que seguro pondrá su granito de arena a ese cúmulo de confesiones póstumas, que promete la historia de All Is True.
Tráiler oficial de All Is True, por Sony Classic Pictures
