Dionisio Ridruejo revive en Madrid
El escritor y político Dionisio Ridruejo es el tema principal de la obra Una pasión española, del dramaturgo Ignacio Amestoy. Una creación que estará en el Teatro Valle-Inclán hasta el 13 de abril.
Poner el rostro frente al radioactivo sol falangista le quemó hasta las pestañas. El poeta de los ideales truncados, además de político de democracias póstumas, vivió su decepción vital en la retaguardia voluntaria, carcomido hasta las entrañas por la traición que supuso el viraje de la dictadura que él contribuyó a instaurar.
Dionisio Ridruejo Jiménez (Burgo de Osma, Soria, 1912- Madrid, 1975) pasó con fulgurantes espasmos de ser el propagandista estrella de José Antonio Primo de Rivera a proclamarse un convencido defensor de la libertad, elemento ausente del adn español durante cerca de cuatro décadas.
Desde 1941, el pensador soriano fue un firme crítico de las rigideces de la dictadura franquista, un régimen que a él (al igual que a muchos otros compatriotas) se le antojaba injusto en un panorama internacional tendente a los ideales democráticos. Y así lo expuso en numerosas ocasiones hasta su fallecimiento, independientemente de las censuras gubernamentales y las detenciones consecuentes.
Treinta y nueve años después de su muerte, el autor de Sonetos a la piedra adquiere carne escenario a través de la obra Dionisio Ridruejo, una pasión española. Pieza confeccionada por el bilbaíno Ignacio Amestoy, que despliega sus nostalgias de trinchera en el Teatro Valle Inclán de Madrid, hasta el próximo 13 de abril.
DIONISIO RIDRUEJO COMO LEIMOTIV
A modo de recuerdo hecho imágenes, el dramaturgo vasco recrea las virtudes y defectos de un hombre trascendental en el amueblado del edificio de la Transición.
Cuando el telón abre su portada de álbum histórico, un antiguo amigo de Ridruejo se entera de la desaparición del otrora falangista. La acción se sitúa entre el 28 y el 29 de junio de 1975, únicamente unos meses antes de la defunción de Francisco Franco.
En esos momentos en los que el país se encaminaba a su progresiva democratización, el coronel que interpreta Ernesto Arias echa mano de su memoria sensitiva, para dibujar la semblanza de su antiguo compañero de sueños y pesadillas. Un ritual agónico en el que le sirve de cicerone la presencia de un joven capitán de la Unión Militar Democrática, símbolo de los ideales juveniles perdidos en la cuneta tras el golpe de Estado de 1936.
Ante este marco de colegueo explícito, como especial bóveda de resonancias casi míticas, la voz y las palabras de Ridruejo otorgan a Una pasión española el letargo de las elegías espectrales, convocado por Amestoy para hacer visible la sombra del escritor que fue capaz de formalizar -en 1974– el partido Unión Social Demócrata Española, y eso a pesar de que todavía agonizaba en estertores inevitables la dictadura caudillista, siempre pendiente de instaurar el miedo y las represiones de todo tipo.
Semejante material adquiere puntería de francotirador en las manos del experimentado Juan Carlos Pérez de la Fuente (un viejo conocido en los escenarios del Centro Dramático Nacional), quien somete la función a un decorado ajeno a los efectismos distorsionadores.
Un esmerado trabajo de sintonía fantástica donde el cuadro artístico (formado por los más que notables Ernesto Arias, Jesús Hierónides, Paco Lahoz, Nerea Moreno y Daniel Muriel) escurre su sudor interpretativo para localizar un puñado de antracita humana, pretérita y dolorosa.
Más información, entradas y horarios http://www.cdn.mcu.es/espectaculo/dionisio-ridruejo-una-pasion-espanola
Vídeo elaborado por el Centro Dramático Nacional