Calixto Bieito y el imaginario vasco
El director de escena burgalés llega al Teatro Valle-Inclán de Madrid, con "Obabakoak": una historia coral, basada en la novela homónima de Bernardo Atxaga.
Calixto Bieito nunca se queda a medias.
Independientemente de los afectos o la furia que puedan desatar sus llameantes espectáculos entre el público y la crítica especializada, el creador castellano-leonés es una figura con un amplio fondo de armario imaginativo; al que le gusta fantasear con universos hipnóticos y sorpresivos.
Quizá, esa capacidad para bucear por las propuestas audiovisuales extremas sea la que ha llevado a Bieito a hacer suyo el cosmos planteado por el vasco Bernardo Atxaga, en su célebre novela Obaba: un texto cargado con palabras de volatilidad fabuladora, en el que es posible hallar rastros de Gabriel García Márquez o William Faulkner.
Cerca de treinta relatos independientes configuran la orografía argumental del libro original; panorama humano y mágico que el director nacido en Miranda de Ebro ha intentado preservar, con la libertad de interpretación que le permiten las inspiradoras coordenadas impuestas por Atxaga a lo largo de su narración.
El montaje propuesto por Bieito, y que iniciará su curso en el Teatro Valle-Inclán de la Villa y Corte el próximo 25 de octubre, parece una especie de traslación al circuito de la cultura popular vasca -con las salvedades pertinentes- de El bosque animado, de Wenceslao Fernández Flórez, o de El sueño de una noche de verano, de William Shakespeare.
“Como en la misma novela se recoge, los buenos cuentos son aquellos que tratan temas esenciales como el amor y la muerte, y añadiría que la locura real e imaginaria“, confiesa Calixto Bieito, en la página web del CDN.
CALIXTO BIEITO Y BERNARDO ATXAGA EXHIBEN SUS CUENTOS DE LA INFANCIA
La inteligente y simbólica escenografía ideada por Susanne Gschwender se funde en simbiosis perfecta con las proyecciones de Sarah Derendinger; mientras el cuerpo de actrices y actores se dedican a entonar las reflexiones procedentes de un lugar mítico y legendario, así como inexistente, que responde al nombre de Obaba.
En ese decorado ilusorio, un profesor de geografía recuerda su naufragio epistolar con una maestra tan solitaria como él; un canónigo se encarga de un niño perdido en el bosque; un escritor descubre una realidad increíble al ampliar una antigua foto de la escuela… Bajo estas y otras señas de identidad imprecisas, decenas de personajes se pasean por el escenario sin mobiliario intrascendente, animados por una sintonía de cantos y notas producida con intención trovadoresca por Carlos Imaz.
Con estos ingredientes, Bieito introduce a los espectadores en un mundo sin agarraderas de racionalidad; en el que la poesía reinante se percibe con el aroma de una atmósfera en eterno estado de cambio.
Los de Obaba se expresan a través de evocaciones de sueños inconclusos o malogrados, y construyen sus anhelos a base de imágenes y pentagramas; siempre condenados a resaltar el carácter irreductible de un relato cuyos mimbres genéricos remiten a los de El Decamerón y Las mil y una noches.
Nota.- Obabakoak estará en el Teatro Valle-Inclán de Madrid, del 25 de octubre al 28 del mismo mes.
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