Hasta el desembarco catódico del dueño del destornillador sónico, nunca una cabina de teléfonos había llenado tantas horas de televisión. La TARDIS (siglas náutico-estelares que
Hasta el desembarco catódico del dueño del destornillador sónico, nunca una cabina de teléfonos había llenado tantas horas de televisión. La TARDIS (siglas náutico-estelares que