El escritor japonés, premio Nobel de Literatura en 1994, falleció el pasado 3 de marzo en su residencia en el país del Sol Naciente. Tras él queda un legado de fuertes raíces existencialistas, un currículo que mezcla con variedad de matices y formas la realidad y el mito, la nostalgia por el pasado y la esperanza en los futuros inciertos.