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Mike Oldfield y Phil Collins regresan a su pasado más glorioso, para dar una nueva vida comercial a los míticos álbumes Discovery, Face Value y Both Sides. Un trío de míticas composiciones producidas por Virgin Records, que pone a disposición del público el lavado de cara tecnológico de hits tan recordados como To France, Both Sides of the Story o In The Air Tonight.
La acumulación de décadas respecto a señeras obras de largo recorrido, suele llevar a las grandes estrellas de la música popular a organizar mediáticos lanzamientos de su material de archivo; normalmente aliñados con inclusiones de covers curiosos, caras b, actuaciones en directo y demos vestidas con los ropajes de los descubrimientos sorprendentes.
Bien patrocinadas por las compañías que poseen los derechos de autor, o estimuladas por los propios creadores; estas operaciones sonoras a lo retrato de Dorian Gray han sido motivo de continuas actualizaciones del legado de genios de las ondas como The Beatles, Dire Straits, Pink Floyd, Rolling Stones…
Todo un paraíso de notas multitudinarias que Mike Oldfield y Phil Collins ya habían visitado anteriormente con excelentes resultados: viaje al pretérito que estos músicos británicos vuelven a asumir, para apadrinar la lujosa reedición de Discovery (más una parte de The Killing Fields), Face Value y Both Sides.
MIKE OLDFIELD REGRESA AL LAGO
Treinta y dos años atrás en el tiempo (nos situamos en 1984), Michael Gordon (más conocido por Mike Oldfield) publicó el noveno disco de su prolífica carrera: un trabajo crecido al amparo del célebre Crises, que llevó el estimulante título de Discovery.
Grabado en el bucólico paisaje alpino de Villars-sur-Ollon, esta obra es quizá una de las más completas de la etapa pop del artista de Reading. Con un total dominio de la multiplicidad de instrumentos que aparecen en las melodías, Oldfield supo imprimir al conjunto una unidad basada en el misterio histórico, relacionado con la trágica vida y exilio de la reina María Estuardo.
La remasterización presentada en enero por el responsable de Tubular Bells no traiciona para nada el espíritu original de Discovery, sino que sigue fielmente la perfección sinfónica de un disco caracterizado por las texturas y los ambientes sublimados. En este sentido, el doble compacto repite constantemente los cortes de 1984, los cuales comparecen en un aquelarre de trazos nostálgicos, con ligeros toques diferenciadores casi imperceptibles.
Por el lado de las supuestas incorporaciones, estas quedan circunscritas a suites que no aportan mucha novedad; y que centran su curso en temas inéditos de naturaleza instrumental (The Royal Mile, In The Pool, Bones y Afghan), dos referencias a la banda sonora de The Killing Fields, y una versión realmente delirante de Poison Arrows, titulada Zombies (pieza que fue elaborada para la fiesta de Halloween, y que está vocalizada por el robot usado que dota de dicción a Stephen Hawking).
PHIL COLLINS HACE MEMORIA
Escuchar en formato digital y arreglada técnicamente la enriquecedora letra de In The Air Tonight es una excusa bien comprensible para acceder a la actualización del mítico Face Value (1981). Este disco, con el que debutó en solitario el activo Phil Collins, supuso el inicio de la imparable carrera del entonces cantante y batería del grupo Genesis; y colocó sobre la mesa del artisteo la capacidad profesional de un hombre cuyo carisma estaba al mismo nivel de sus indudables dotes creativas.
Casi a la par de su contundencia sonora, Face Value alcanzó la categoría de inolvidable por las tesis levantadas respecto a la explicación de lo que cuenta In The Air Tonight. Unas apreciaciones que el mismo Collins se encargó de aclarar recientemente, tras asociar la escritura de esta song con el triste y confuso momento existencial que vivía en esa época (fechas en las que intentaba recuperarse de la separación de su esposa Andrea). Tal aseveración es bastante más visible en cuanto se presta la debida atención al discurso general del resto de tracks.
Pero, con independencia de su hit más estelar, el trabajo aún conserva la esencia de las grandes gestas ansiosas por encontrar caminos alternativos de crecimiento individual, y que se alejan del rock progresivo que PC ejercitaba al frente de Genesis. Una exploración en toda regla, que queda trazada a través de temas del calibre de You Know What I Mean, If Leaving Me Is Easy, I Missed You Again o Tomorrow Never Knows (composición que el inglés tomó prestada de The Beatles).
Bastante menos eufórico, y algo más desenfocado que Face Value, se muestra Both Sides (1993). Este disco, el quinto en el currículo de Collins, apareció en su tiempo como una especie de asunción personalista por parte del autor de Against All Odds. Sin sus colaboradores habituales, Phil se encerró en el estudio para sacar adelante un cancionero a medio gas, en el que destacan los tonos grises de Can’t Turn Back The Years, Everyday, I’ve Forgotten Everything y Can’t Find My Way.
Con sus pros y sus contras, Discovery, Face Value y Both Sides regresan a la carretera con su lavado de pentagramas como parabrisas de brillantes destellos; aunque, en esa aventura, el riesgo sea mucho menor y notablemente distinto al que animó sus notas en las décadas pretéritas.
Un hecho que mediatiza el significado de sus aguerridas e históricas connotaciones.
Más información en
http://www.mikeoldfieldofficial.com
