Claudia Cardinale, la actriz sin etiquetas

Claudia Cardinale, la actriz sin etiquetas

0 0
Read Time:4 Minute, 6 Second
Claudia Cardinale
Claudia Cardinale con Alain Delon, en “El Gatopardo”.

Claudia Cardinale siempre fue una estrella con ganas de escapar de la idolatría, así como del poso de divismo que suele conllevar la asunción de transformarse en un icono legendario.

Pese a su increíble belleza y su indudable talento para plantarse delante de las cámaras, Cardinale nunca aceptó los encasillamientos profesionales, y por eso viajó de una cinematografía a otra, únicamente para congraciarse con el riesgo de moldear papeles diferentes y sinceros.

El fallecimiento de la protagonista de El gatopardo, ocurrido el pasado 23 de septiembre en su residencia francesa, deja a Sofia Loren como el único referente vivo de lo que se popularizó como la tríada de actrices italianas de belleza salvaje y desafiante (Loren, Cardinale y Gina Lollobrigida); un honor que no solía aceptar CC, ya que prefería ser juzgada por cada uno de sus trabajos cinematográficos, televisivos y teatrales, más que como un ejemplo de perfección física inapelable.

Tales reparos de Cardinale hacia la sutil cosificación de las mujeres tuvieron su reflejo en la intensa actividad de la intérprete nacida en Túnez con las causas feministas, y con la lucha sin cuartel para acabar con el machismo reinante en su profesión y en la vida en general. No obstante, y en contraposición con su ideología, la primera oportunidad de CC para dedicarse al séptimo arte le vino de un concurso de belleza, en el que salió vencedora en 1957. Un paso iniciático en la industria del cine que se vio favorecido por la perfección en los rasgos de la entonces joven chica proveniente del norte de África.

Claudia Cardinale
Claudia Cardinale trabajó al lado de Federico Fellini, en “8 1/2”.

Una violación cuando contaba dieciocho años marcó a la actriz para estar siempre alerta en el mundo del séptimo arte. Aunque su capacidad para seducir al objetivo de las cámaras enmascaró un poco su trauma, de cara a los espectadores.

El debut en la pantalla de Cardinale se produjo en un pequeño papel de esclava egipcia, en el film Goha (Jacques Baratier, 1958). Un arranque que le abrió las puertas de la cinematografía transalpina y francesa, con títulos como Austerlitz (Abel Gance, 1960), Rocco y sus hermanos (Luchino Visconti, 1960), Cartouche (Philippe de Broca, 1962), Ocho y medio (Federico Fellini, 1963) y El gatopardo (Luchino Visconti, 1963).

CLAUDIA CARDINALE NUNCA SACRIFICÓ SU INDEPENDENCIA PROFESIONAL POR CONVERTIRSE EN UNA ESTRELLA CINEMATOGRÁFICA

Cuando Claudia Cardinale aterrizó en Hollywood, lo hizo acompañada de la aureola de su impactante belleza y su talento dramático. La pantera rosa (Blake Edwatds, 1963), con el papel casi hipnótico de una princesa india, supuso el conocimiento popular de la actriz tunecina en la Meca del Cine; pero el apabullante poderío mediático de la industria estadounidense no deslumbró a la rebelde CC (una cosa parecida le sucedió a su amigo Alain Delon, quien tampoco renunció a su carrera en Europa por los fuegos fatuos del estrellato made in Hollywood).

La producciones italianas, francesas y algún rodaje en España configuraron parte de los mejores trabajos de Cardinale. Una filmografía en la que el género del western tuvo un papel importante a la hora de convertirla en una leyenda de la interpretación. Dentro de sus incursiones en el Far West, el spaghetti western titulado Hasta que llegó su hora (Sergio Leone, 1968) marcó el hito más significativo en su extenso currículo. Pocos de los que han degustado el citado film pueden sacar de su mente la llegada de la recién casada Jill McBain (rol de Cardinale) al pueblo polvoriento donde se desarrolla la acción, secuencia mediatizada emocionalmente por la aterciopelada banda sonora de Ennio Morricone.

Claudia Cardinale
Claudia Cardinale interpretó a una princesa india, en “La pantera rosa”.

Sin abandonar el terreno de los cowboys y los duelos con aroma a pólvora, Claudia Cardinale tuvo la oportunidad de compartir escenario con otra de las bellas de la época, como era Brigitte Bardot. Un trabajo que llevaba el valiente título de Las pistoleras (Christian Jaque, Guy Casaril, 1971).

Las cerca de ciento treinta producciones en las que participó CC también alcanzaron el medio televisivo, con series tan sorprendentes como La historia (1986), Nostromo (1996-1997), El desierto de fuego (1997) y La loi de… (2017), todas ellas enriquecidas por la colaboración siempre brillante de la protagonista de Fitzcarraldo.

La isla del olvido (Ridha Behi, 2022) fue la última película en que la actriz que caracterizó a la alegre y arrebatadora Angelica Sedara, en El Gatopardo, dejó su rastro humano. Una huella profunda y eterna que transmite la pasión vocacional de una estrella que nunca aceptó el divismo, un icono que luchó por escapar de los estereotipos de un universo (el cinematográfico) muy dado a encapsular a las leyendas humanas en formato de celuloide.

 

 

Happy
Happy
0 %
Sad
Sad
0 %
Excited
Excited
0 %
Sleepy
Sleepy
0 %
Angry
Angry
0 %
Surprise
Surprise
0 %

Average Rating

5 Star
0%
4 Star
0%
3 Star
0%
2 Star
0%
1 Star
0%

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Choose your language