Lynette Yiadon-Boakye es una artista con un universo propio de oscuridades voluminosas, donde la claridad viene por parte de los rostros anónimos de seres que nunca narrarán sus desventuras ante cámaras ansiosas de privacidades desamortizadas, ni apaciguaran con bálsamos de trementina sus maltrechas facciones de rocosos contornos.
Los retratos de esta artista capitalina, vecina de la urbe del Támesis, encierran en su interior los enigmáticos tentáculos de las pinceladas veladas por la imaginación. Un recurso que convierte el trabajo de Lynette Yiadom-Boakye en un vehículo experto en surcar mundos ajenos a las corporeidades precisas, siempre subido a lomos de la impetuosidad de unas líneas forzadas en su desarrollo conceptual, aunque marcadas a fuego en las pieles cuarteadas de sus inexistentes modelos.
Tras quedar finalista en el premio Turner de 2013, la creadora recala en el interior de la Tate Modern londinense con su primera retrospectiva individual en el circuito, para mostrar la riqueza simbólica de sus cuadros humanos; los cuales susurran relatos imaginarios sobre épocas y espacios falsamente específicos, vestidos con los ropajes casi impresionistas de esta forjadora de identidades vaporosas.
Fly in League with the Night es el título de tan atrayente exposición, en la que la dicotomía inicial y temática entre la verdad y la mentira (términos propuestos por la autora) pierde peso discursivo, conforme los espectadores se adentran en el intenso bosque de colores opacos que construye con habilidad la paleta de Lynette Yiadom-Boakye.
“No puedo pintar las cosas sobre las que no puedo escribir“, asume la pintora. Una afirmación que revela la necesidad que tiene la creadora de cuarenta y seis años de verbalizar cada una de sus visiones plasmadas en el lienzo. Una fórmula que otorga existencia de cuartilla a cada uno de los protagonistas de sus cuidadas piezas. Materializaciones fantasiosas de una mujer alentada por recuerdos familiares y globalizadores, y por las nostalgias perdidas en la memoria de su profundo subconsciente.
LYNETTE YIADOM-BOAKYE ABRE LA PUERTA DE SU DESBORDANTE IMAGINACIÓN FRENTE AL CABALLETE
Las personas que aparecen en el recorrido de Fly in League with the Night no poseen una dirección censal, ni pueden aportar la constancia de un currículo comprobable. Estas inmanentes figuras representan a humanos de costuras fantasmales, a los que Lynette Yiadon-Boakye les regala una naturaleza carnal y empática. Todo un premio de interpretaciones diversas, que metamorfosean su discurso en función del ADN sensible del espectador que contempla la pintura. Un diálogo que la creadora intenta guiar en la medida de lo posible, a través de los poéticos títulos que portan las piezas exhibidas.
La auténtica riqueza o imán que despliegan las imágenes de esta buscadora de sueños objetivables estriba en las secretas tramas que sugieren los gestos somnolientos de sus inexistentes modelos, y en los movimientos espectrales que incentivan las facciones acomodadas de los individuos mediatizados por el subconsciente activo de la artista británica.
Las cerca de setenta obras que cuelgan del interior de la Tate Modern son fieles testigos de la profundidad psicoanalítica de una amante de los discursos silentes, como si en sus figuraciones de carboncillo y cromatismo deslucido anidara el espíritu de las imaginaciones edénicas.
Nota: Lynette Yiadom-Boakye: Fly in League with the Night estará en el interior de la Tate Modern de Londres hasta el próximo 26 de febrero de 2023.
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