Jessie Buckley es la Bonnie Parker de Frankenstein

Jessie Buckley es la Bonnie Parker de Frankenstein

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Jessie Buckley
Jessie Buckley (en la foto) se mete de lleno en la “novia” de Frankenstein/ Foto: Warner Bros. Pictures.

Jessie Buckley (Beast) exhibe su faz más extrema en The Bride, la nueva película de la directora, actriz, guionista y productora Maggie Gyllenhaal. La protagonista de Men compone con virulencia cada uno de los gestos y movimientos que dibujan la neurosis explosiva de su caracterización en el film, donde encarna a la prometida surgida del más allá demandada por un Frankenstein gansteril.

Buckley toma el testigo de estrellas tan renombradas como Elsa Lanchester, Jane Seymour y Jennifer Beals para escenificar el rol de una mujer destinada a una destrucción prematura; una dama de entornos mafiosos y garitos adormecidos entre alcoholes enervantes que muere accidentalmente, para regresar a la vida en el formato clínico de una zombi vengativa.

Maggie Gyllenhaal toma el punto de partida marcado por el clásico cinematográfico titulado La novia de Frankenstein (James Whale, 1935), obra en la que Elsa Lanchester hacía constar a su Frankenstein (Boris Karloff) que lo suyo iba a ser una relación conflictiva, determinada por la animadversión que esta sentía hacia el “monstruo” que únicamente aspiraba a tener una compañera de fatigas e incomprensión social. A diferencia de la movie de Whale, Gyllenhaal ambienta la historia en la ciudad de Chicago, durante los años treinta del pasado siglo XX, en vez de en la Europa supersticiosa a caballo entre los siglos XVIII y XIX.

La cineasta responsable de La hija oscura disfraza la urbe de Nueva York como el salvaje Chicago heredero de la ley seca y de las bandas de gánsteres: un sitio atestado de violencia en las calles y asesinatos incruentos, en el que la “novia” y el “monstruo” ideado por Mary Shelley se transforman en una especie un tanto peculiar de Bonnie & Clyde, siempre en versión de laboratorio y con apego al éter.

Jessie Buckley
Christian Bale (en la imagen) interpreta a Frankenstein.

La actriz irlandesa Jessie Buckley (Wild Rose, sigue tu propia canción) encabeza el elenco interpretativo, en la piel de una “muerta viviente” con los aires de una femme fatale tocada por la mala suerte. A su lado, el británico Christian Bale (El caballero oscuro) aparece metamorfoseado en la eterna y mediática criatura surgida de la ambición de Victor Frankenstein. Ellos son los que se ocupan de deshojar la margarita de un amor frustrado antes incluso de comenzar, una relación más noir que romántica; en la que también colaboran Jake Gyllenhaal (Donnie Darko), Peter Sarsgaard (El precio de la verdad), Penélope Cruz (Madres paralelas) y Annette Bening (Valmont), entre otros.

JESSIE BUCKLEY TOMA EL TESTIGO DE ELSA LANCHESTER, JANE SEYMOUR Y JENNIFER BEALS

La aparición de la “prometida” del monstruo de Frankenstein fue concebida en sus orígenes como un excéntrico un reverso maligno del personaje popularizado en el cine por Boris Karloff.

El director James Whale montó La novia de Frankenstein como si se tratara de un relato conectado con la historia de Adán y Eva y con el pecado de la manzana; aunque, en este caso, la Eva elaborada en un quirófano improvisado ya estaba teñida por una pátina de desafección homicida respecto a su amante.

Elsa Lanchester bordó la neurosis de la “novia” con un tono de excentricidad maximizado; elemento que tomó para sí la inglesa Jane Seymour, en La verdadera historia de Frankenstein (James Smight, 1973). La otrora doctora Quinn dejó volar su mal genio y su gestualidad psicótica para encarnar a la pareja pedida por un Frankenstein caracterizado con brillantez por el canadiense Michael Sarrazin. En una línea menos egoísta y narcisista, Jennifer Beals construyó una “novia” empeñada en huir de su destino, dentro de La prometida (Franc Roddan, 1985).

Maggie Gyllenhaal sitúa a la criatura de Victor Frankenstein y a su chica en unos Estados Unidos con olor a pólvora en cada avenida y callejón. Esto permite a la directora imaginar un argumento que mezcla el cine negro y el terror clásico, para diseñar un producto que circula con soltura por el terreno de Dick Tracy (Warren Beatty, 1990) y Sin City (Frank Miller, Quentin Tarantino, Robert Rodríguez, 2005).

Jessie Buckley
Jennifer Beals encarnó a la “novia” diseñada por Victor Frankenstein, en “La prometida”.

Al compás de la banda sonora de la islandesa Hildur Guðnadóttir (Tár), The Bride presenta un cosmos de individuos sumidos en una espiral ascendente de violencia y perdición. Dentro de ese ambiente, el trajeado “monstruo” de Frankenstein acude a la doctora Euphronious (Annette Bening) para que le diseñe una compañera sentimental. Como en el caso del propio demandante, la científica encarga a unos ladrones de cadáveres que le traigan un cuerpo en buen estado. Con semejante objetivo, los delincuentes se hacen con una mujer muerta por accidente, la cual no tiene heridas especialmente considerables en su anatomía.

Tras la reanimación, la  muerta viviente se une a su amado en una carrera por desbordar sus pasiones más delirantes. Un comportamiento que puede remitir al del papel de la también revivida Bella Baxter (Emma Stone), exhibido en la oscarizada cinta titulada Pobres criaturas (Yorgos Lanthimos, 2023).

¿Cómo terminará este puzle de sentimientos desbocados?

Nota: The Bride tiene prevista su fecha de estreno en USA para el próximo 6 de marzo de 2026.

Más información en

https://www.warnerbros.com

 

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