Woody Allen calienta motores para el estreno de su última película, una comedia sobre el espiritismo de saldo titulada “Magic In The Moonlight“.
El genial e irónico Claude Chabrol solía confesar a los periodistas, que su asistencia a los festivales se debía simplemente a una cuestión: la del disfrute de la gastronomía del lugar.
El director de Blue Jasmine nunca ha sido tan explícito, como el simpático representante de la Nouvelle Vague, sobre las compensaciones asociadas al trabajo en el Séptimo Arte.
Sin embargo, a tenor de los sitios por los que ha paseado su equipo a lo largo de su extensa carrera, Allan Stewart Konigsberg también parece disfrutar de las ventajas de ser considerado un tipo con suficiente caché en el mercado audiovisual.
Un título crediticio que le ha llevado a instalarse temporalmente -durante este 2014- en la prohibitiva Riviera Francesa, donde se codean los aristócratas con decadencia de postín y los que hacen gárgaras matutinas con champán de marca.
Aunque el transito del neoyorquino estuviera envuelto en propósitos más profesionales; ya que en el citado paraíso de la Europa de las Visa Oro es donde transcurre la trama de Magic In The Moonlight: una elegante comedia de época grabada por WA, la cual tiene previsto su estreno en Estados Unidos para el próximo 25 de julio.
WOODY ALLEN Y LAS CHISTERAS TRUCADAS
Ambientado en los locos años veinte, el guion del septuagésimo primer largometraje del cineasta y clarinetista centra su desarrollo en el fraude existente en el espiritismo, muy de moda en el Viejo Continente después de finalizar la Primera Guerra Mundial.
Mientras los ingenuos ciudadanos de principios del siglo XX confiaban en ponerse en contacto con sus parientes ausentes, a través de un médium dotado para ello; los chamarileros del Más Allá hacían su agosto.
Precisamente, una de estas timadoras de las esperanzas de los dolientes es, según el libreto de la cinta, Sophie: una joven que se gana la vida con los viajes al mundo de las ánimas.
Pero las mentiras tienen las patas cortas, y las sospechas respecto a las maléficas actividades de la joven animan a sus perseguidores a contratar los servicios de un famoso mago británico (de nombre real Stanley, aunque con la identidad artística de Wei Ling Soo), para que desenmascare a la mentirosa.
Lo que no podían sospechar los autores del plan es que el ilusionista se iba a sentir sumamente atraído hacia la interesante Sophie.
Colin Firth (El discurso del rey) es el actor que encarna al inocente y caballeroso Stanley, mientras que la norteamericana Emma Stone (Criadas y señoras) hace lo propio con la parte de Sophie.
Ambos se muestran en todo momento muy involucrados con esta producción de altura, que toma su etérea fisonomía de algunos de los decorados naturales más fascinantes del sur de Francia.
Y, junto a tan mediática y compenetrada pareja, la casi siempre eficaz Marcia Gay Harden (Mystic River) encabeza un elenco con alma de troupe teatral (como es habitual en las obras del cerebro de Manhattan).
Finalizado el montaje (sólo en espera de su estreno definitivo en salas), este filme pronto perderá la condición de ser la movie más reciente de Woody Allen, ya que el neoyorquino se encuentra en estos momentos trabajando con constancia para rodar su película de 2015 (aún sin título definitivo, aunque con los nombres de Joaquin Phoenix y Emma Stone como posibles protagonistas).
Parece frágil por su figura, pero el ritmo laboral al que se somete Allan Stewart Konisgberg revela una genética a prueba de bombas.
Aunque, a lo mejor, esa constancia se deba principalmente al ansia por degustar las ventajas de dedicarse al universo del celuloide, siempre con carné especial para introducirse en los lugares más bellos del planeta…
Vídeo promocional de “Magic In The Moonlight”
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