Sydney Sweeney ha alcanzado una estimable popularidad entre los espectadores, y eso que cuenta con apenas unos años de actividad notable en el circuito cinematográfico. El éxito de esta veinteañera nacida en Spokane se ha producido gracias a sus ingeniosas interpretaciones, normalmente trabajadas con un esmero dramático de indudable calado humano.
La actriz norteamericana tiene a su favor poseer una fisonomía capaz de dotar de credibilidad a roles de diferente naturaleza y condición, ayudada sobre todo por su profunda mirada de color claro y su gestualidad de encuadres empáticos y misteriosos.
Después de haber sorprendido en las salas con su papel en la comedia romántica Cualquiera menos tú, junto a Glen Powell, Sweeney regresa por todo lo alto con una película de terror clásico, titulada Inmaculada.
El cineasta Michael Mohan, con quien SySw colaboró en el film Los voyeurs, es el responsable de esta obra de escenarios tenebrosos y profecías intimidatorias. Una historia que recuerda ligeramente a los resortes apocalípticos de La profecía y a las interioridades satanistas de La semilla del diablo.
Ambientada en la ciudad de Roma, Inmaculada es una cinta que pone en primer plano las supersticiones religiosas, mientras invita a reflexionar sobre el concepto del pecado carnal, que conlleva someter la voluntad a un apasionamiento peligroso y prohibido dogmáticamente. Un asunto que promueve con imaginación el guion escrito por Andrew Lobel (Dead or Alive).
El inquietante convento en el que ingresa el rol de Sydney Sweeney es uno de los personajes principales del largometraje, cuya trama lo convierte en un encuadre fantasmal y pleno de pesadillas atemorizantes. Una localización que aporta un aura clásica a la totalidad de la movie, para recuperar un poco el estilo profuso en sombras y oscuridades de títulos tan recordados como El nombre de la rosa.
SYDNEY SWEENEY SE ADENTRA DE LLENO EN UNA PELÍCULA DE TERROR RELIGIOSO Y PESADILLAS DIABÓLICAS
El argumento de Inmaculada sigue la estela de Cecilia (Sydney Sweeney): una joven estadounidense, que experimenta una insondable crisis de fe. Perdida en su lugar de origen, la protagonista viaja a una localidad aislada de la campiña italiana, para ingresar como novicia en un tétrico convento.
Al principio, la futura monja se siente bien acogida por la abadesa y el resto de las hermanas, lo que le aporta ganas de comenzar una existencia como religiosa alejada del resto del mundo. Pero todo se trastorna en un constante horror existencial, conforme comienzan a ocurrir sucesos extraños.
Los sueños angustiosos y los espeluznantes hallazgos de la novicia norteamericana hacen que la vaporosa realidad se metamorfosee en un universo fantasmal y diabólico. Situación que se agrava cuando Cecilia descubre que está embarazada de un niño, que podría ser el artífice de una profecía destructiva y abismal.
Por la atmósfera artística que recrea, Inmaculada parece entrar de lleno en el terreno hechicero y neurótico de Suspiria, tanto la de Dario Argento como la versión de Luca Guadagnino. Ambas producciones mezclan con soltura las percepciones materiales y palpables con submundos ubicados en el inconsciente más profundo de los individuos que deambulan por el metraje; como si la razón goyesca quedara sepultada por monstruos circundantes y agresivos.
En muchas ocasiones, las pesadillas son las que dominan la mente; y en esos intervalos de locura inevitable es en los que el cineasta Michael Mohan sustenta el argumento de esta película de terror psicológico y ancestral. Una obra que aprovecha los elementos tradicionales de la literatura gótica asociada con el trasfondo religioso, prolija en textos tan sulfurosos como el de El monje, de Matthew Lewis.
Nota: Inmaculada tiene previsto su estreno en cines para el próximo 22 de marzo de 2024.