Wilco lanzan al mercado su nuevo disco, Star Wars (dBpm Records), al precio de 0 euros. La oferta finalizará el próximo 13 de agosto, en espera de la venta tradicional en CD y en vinilo del atractivo trabajo.
La piratería, junto a las transformaciones en los hábitos de consumo entre los aficionados, está cambiando las normas del juego en la industria musical.
Mientras antes lo normal era lo del lanzamiento mediático por la vía de un sello potente, con cuidadas ediciones en compacto y en vinilo (siempre a gusto del comprador y de su bolsillo), ahora lo más frecuente es consumir la mercancía a través de cualquier soporte digitalizado.
Grupos como U2 y Radiohead iniciaron el camino de la gratuidad con fecha limitada, para dar una mayor difusión a sus álbumes. Y la fórmula no dio malos resultados. Algo que han debido estudiar con la analítica de los números el grupo de Illinios, conocido como Wilco.
La banda estadounidense dejó a todo bicho viviente con la boca abierta cuando su última obra titulada Star Wars apareció en la Red con el logo de libre acceso, abanderada por la autenticidad de su página web: wilcoworld.net. Once temas inéditos en los que Jeff Tweedy y sus muchachos se han permitido el lujo de transitar por paraísos situados a años luz y convenientemente crepusculares.
WILCO SE PONEN LOS TRAJES DE ASTRONAUTAS
Poco o nada se parece esta obra de carácter oscuro y pétreo al resto de la carrera de los estadounidenses, hijos declarados de un country rock no exento de inspiraciones literarias. Las contorsiones de Star Wars van de otro palo, mucho más arraigado en la psicodelia de carácter grunge que a los tonos de rodeo contemporáneo de Uncle Tupelo.
La primera sensación que asalta a los que se adentran por los universos telúricos de los nuevos Wilco es de extrañeza, como si la voz de Tweedy y las cuerdas de John Stirratt fueran difíciles de encontrar entre tanta nebulosa a lo odisea espacial. Menos orquestales y voluntariamente alejados de las melodías definidas, los músicos de Chicago desbordan imaginación en botes negros, como embutidos en unos trajes difuminados por las auroras galácticas.
En ese prado de grises hipnotizadores transitan los gritos instrumentales de EKG, las revueltas existenciales de The Joke Explained, las armaduras talentosas de Taste the Ceiling o los versos atemperados por las ingenierías informáticas de Magnetized.
Con semejantes licores, es comprensible sacar la conclusión de que -pese al título de Star Wars- el disco no guarda relación alguna con la famosa saga de películas iniciada por George Lucas (ahora en manos del desconcertante J.J Abrams), sino que sus escenarios resultan mucho más tétricos, como tintados por el inmenso obelisco que protagonizaba la eternidad celestial de 2001.
Wilco esculpen con este nuevo trabajo un cancionero de ilusiones exploratorias, tan enérgico como desconcertante. Un ejercicio que solo los arquitectos de los sonidos son capaces de construir, aunque sea en medio de la nada y con pentagramas de fantasías impulsoras.
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