Tanya Roberts, bautizada bajo el nombre de Victoria Leigh Blum, fue una actriz de físico deslumbrante, con su cuidada figura de 1,74 de estatura, sus brillantes ojos azules y su melena de color castaño cobrizo.
Estos rasgos físicos le abrieron las puertas de la industria cinematográfica y televisiva de par en par, para que exhibiera su indudable belleza, en papeles que la convirtieron en un sex symbol señero e inolvidable durante los efervescentes ochenta.
El pasado 3 de enero, Roberts se desmayó en su casa angelina, tras pasear a sus perros; motivo por el que fue rápidamente trasladada al hospital Cedars-Sinai. Una vez allí, y propiciado por la confusión del momento, el agente de Tanya comunicó por las redes sociales que la modelo e intérprete había fallecido. Sin embargo, la star neoyorquina aún se aferraba a la vida, hasta que finalmente murió el 4 de enero.
Alejada de la actuación desde 2005, TR desarrolló una carrera algo irregular delante de las cámaras, basada en roles que mostraban los sorprendentes atributos que la naturaleza le había regalado. Un conjunto de papeles que impedían en muchos ocasiones que la actriz diera rienda suelta a su aprendizaje en la escuela de Lee Strasberg y Uta Hagen. Esta dicotomía, mantenida entre su faceta como símbolo sexual y la necesidad de ser reconocida también como una profesional de talante dramático, se mantuvo inalterada a lo largo de toda la trayectoria audiovisual de Roberts; y no cambió nunca, a pesar de la progresiva acumulación de velas en su tarta de aniversario.
Bajo los parámetros descritos, entre las colaboraciones más determinantes de la estadounidense se encuentra la que llevó a cabo en 1985, en Panorama para matar. TR se metió convincentemente en la piel de la frágil y cautivadora Stacey Sutton, en la última aventura de Roger Moore como el agente 007. Debido a la notable diferencia de edad entre la pareja protagonista, algunas crónicas del momento apuntaron que incluso la madre de Tanya era más joven que Moore; pero esto no impidió que el tándem Moore/Roberts alcanzara alta cotas de energía apasionada, y eso que por el lado de los ligues malotes de Bond estaba la icónica Grace Jones.
TANYA ROBERTS QUERÍA SER UNA ACTRIZ RECONOCIDA
Pese a las virtudes faciales y anatómicas de Tanya Roberts, no se puede decir que la intérprete estadounidense tuviera una vida fácil, ni tampoco un sólido mantenimiento en las caprichosas preferencias de los estudios de Hollywood.
Nacida en una zona conflictiva del Bronx, la antigua ángel de Charlie dejó el instituto sin conseguir la graduación, y posteriormente se embarcó en un matrimonio condenado al naufragio prematuro. Estas experiencias negativas parecieron atenuarse un poco, cuando TR conoció a Barry Roberts, con quien estudió arte dramático; y con el que contrajo matrimonio, una vez inició su currículo en los platós y sets de rodaje (la relación se mantuvo hasta la muerte de él, en 2006).
Tras recibir clases de interpretación en la prestigiosa escuela de Lee Strasberg y Uta Hagen, y requerir entrenamiento como bailarina y modelo de la mano de Arthur Murray, Tanya tuvo su ansiada alternativa cinematográfica en 1976, en el film de asesinatos titulado Entrada forzada.
Desde entonces, pequeños papeles en películas de bajo presupuesto y colaboraciones en distintas series de televisión marcaron el camino al estrellato de la neoyorquina; hasta que consiguió superar el casting para encarnar a la detective Julie Rogers, en la temporada final de Los ángeles de Charlie (protagonizó 16 episodios, repartidos entre 1980 y 1981).
El elegante personaje de la compañera de Kelly Garret (Jacklyn Smith), Kris Munroe (Cheryl Ladd) y John Bosley (David Doyle) causó el suficiente interés entre las audiencias televisivas, como para que el director Don Coscarelli se fijara en ella, para ofrecerle el personaje principal femenino de El señor de las bestias. En esta película de aventuras al estilo de Conan, Roberts encarnó a la sensual Kiri: la pareja del musculoso Dar (Marc Singer). Y su calórica actuación supuso el comienzo de un breve idilio con las producciones de acción ambientadas en escenarios exóticos.
El éxito de El señor de las bestias propició que John Guillermin contara con la neoyorquina, para que convirtiera en la tarzanesca heroína de los cómics ideados por los Estudios Iger-Eisner. Con la aportación de Tanya, Sheena, la reina de la selva (1984) fue un auténtico bombazo en la cartelera, y marcó el punto culminante de la trayectoria de la norteamericana como sex symbol a nivel internacional.
Sheena y El señor de las bestias ayudaron a que la intérprete nacida en el Bronx se alzara con el honor de ser chica Bond, en la última película de Roger Moore como el agente 007. Una entretenida movie titulada Panorama para matar, la cual contó con la pegadiza canción de Duran Duran, como señuelo para la aceptación del film por parte de las generaciones más jóvenes.
Después de la gesta de ser la girl del espía británico creado por Ian Fleming, las oportunidades de Tanya Roberts para brillar en las pantallas se tornaron más escasas. Y así, salvo alguna que otra participación de cierta trascendencia, los largometrajes citados y las series mencionadas son los trabajos que componen el periplo más laureado de esta bella mujer; la cual, tristemente, se ha convertido en la segunda componente de Los ángeles de Charley en fallecer, detrás de la también espectacular Farrah Fawcett.
Nota: La última serie de televisión que contó con la presencia de Tanya Roberts fue Barbershop, en 2005; asimismo, en 2006, la actriz regresó a la actualidad mediática, con la redacción del prólogo del libro The Q Guide to Charley’s Angels.