Stacy Martin entró en el circuito cinematográfico internacional de una manera un tanto peculiar, a través de la controvertida película Nymphomaniac (Lars von Trier, 2013).
La cinta del responsable de Rompiendo las olas trataba sobre una mujer obsesionada con el sexo; la cual se dedicaba a realizar las fantasías eróticas más atrevidas, dentro de un film que jugaba con mostrar los entresijos de un falso planteamiento pornográfico, con escenas más explícitas de lo habitual.
Stacy Martin se ocupó de la parte del personaje principal, de los 15 a los 31 años; exhibiendo un sinfín de encuentros salvajes con hombres de distintas edades, y complicados comportamientos amatorios. Secuencias de alto contenido sexual, para las que la actriz parisina necesitó una doble en los planos más comprometidos, aparte de moldes plastificados de vagina. Al final, la sorprendente caracterización de la joven hizo que muchos productores y cineastas se fijaran en ella, para incluirla en múltiples trabajos.
Desde entonces, la estela de la veinteañera no ha hecho más que crecer, merced a brillantes colaboraciones en títulos como High-Rise (Ben Wheatley, 2015) y Casanova, su último amor (Benoît Jacquot, 2019). Una carrera en alza, que el maestro transalpino del giallo (Dario Argento) tiene previsto favorecer.
Sin meterse en un rodaje desde los decepcionantes resultados de Dracula 3D (2012), Argento ha estado puliendo el guion de Occhiali Neri durante el confinamiento provocado por la pandemia del coronavirus; todo para arrancar la grabación de su esperada obra en este verano incierto de 2020 (eso si las autoridades sanitarias del país con forma de bota lo creen pertinente, tras los rebrotes de covid-19 localizados en Italia).
Según una reciente entrevista publicada por el rotativo Il Corriere della Sera, el responsable de El pájaro de las plumas de cristal ha estado pensando en cómo escenificar el barroco argumento que ha plasmado sobre el papel, y en el que la arquitectura romana tiene un especial protagonismo.
Unas declaraciones en las que el director romano reconoce que, aunque al principio pensaba contar con su hija Asia Argento para el rol de Diana, finalmente ha decidido contratar los servicios de la impactante musa francesa de Lars von Trier.
STACY MARTIN PERSIGUE A UN ASESINO SINIESTRO
El tema central de Occhiali Neri narra las vicisitudes de Diana: una chica que ha perdido la vista, la cual recibe la ayuda y guía de un chico chino llamado In. Juntos, estos dos amigos circunstanciales se enfrentan a un peligroso criminal, que comete sus fechorías en las avenidas y edificios de la Ciudad Eterna.
Pese a lo sorprendente de semejante trama, esta no es la primera vez que una persona invidente protagoniza una obra de Argento; ya que esa era la condición del papel de Karl Malden, en El gato de 9 colas (1971). Personaje que igualmente intentaba atrapar a un sanguinario serial killer , en esa ocasión con el apoyo de su nieta y un periodista de sucesos (al que puso físico el norteamericano James Franciscus).
En caso de que las cosas salgan según lo previsto, y Dario Argento pueda dar rienda suelta a la confección de su nuevo thriller en formato de celuloide, Stacy Martin pronto emulará a otras conocidas musas del creador transalpino; entre las que se encuentran mujeres tan famosas como Jennifer Connelly (a la que se pudo ver como adolescente con poderes psíquicos, en Phenomena) y Jessica Harper (la bailarina estadounidense de la neurótica y terrorífica Suspiria). Dos importantes espejos en los que reflejarse, y que son susceptibles de aportar a SM un aura de movie star en ciernes, realmente interesante.
Eso sí, todo dependerá de la evolución de los contagios de covid-19 en la tierra de Dante, y de cómo esté el sentido artístico del desconcertante realizador de Trauma, en el momento de entonar lo de “acción”.