Sam Mendes es un creador al que le apasiona adentrarse en los escenarios y las historias, para romper en cierta forma las fronteras existentes entre la realidad y la ficción. En ese sentido, el responsable de American Beauty es algo parecido en intereses creativos a Richard Burton y Sir John Gielgud, y a la obsesión que animó a esta pareja de genios de la escena, cuando desmontaron las reglas protocolarias de Hamlet para elaborar una especie de ensayo alargado con cuerpo de espectáculo, en el que se desmenuzaba la citada tragedia escrita por William Shakespeare, sin decorados ni vestuarios al uso.
Ese es precisamente el argumento de The Motive and the Cue, la obra que Sam Mendes tiene previsto estrenar en el Littelton Theatre de la urbe del Támesis, y que supone una aventura de diálogos enfáticos y concepciones antagónicas e intergeneracionales, sobre lo que tiene que ser una representación en regla de un clásico como Hamlet.
Bajo el libreto diseñado por Jack Thorne, Mendes viaja figuradamente a Nueva York, en 1964. Allí, en el interior del Lunt-Fontanne Theatre de Broadway, un entonces treintañero Richard Burton se enfrenta con ironía y encono a las tesis academicistas de un Sir John Gielgud admirado por su intensa relación con los trabajos de William Shakespeare, siempre en busca de la esencia. Un duelo de voluntades inquebrantables que adquieren tintes épicos, a través de las palabras inmortalizadas por el bardo de Stratford-upon-Avon.
El actor surafricano Johnny Flynn (El sastre de la mafia) es el encargado de prestar su físico para encarnar a Richard Burton, mientras que Mark Gatiss (Sherlock) se reserva la parte del icónico John Gielgud. Una dupla que completa la colaboración de Tuppence Middleton (Downton Abbey: una nueva era), en el agradecido y glamuroso papel de Elizabeth Taylor.
Ellos son los vehículos a través de los que los espectadores acceden a la neurosis artística que supuso el mencionado montaje neoyorquino de Hamlet: una acertada locura de talentos afilados, que otorgó un premio Tony a Richard Burton, en 1965.
SAM MENDES ABRE EL TELÓN A UNA SALA DE ENSAYOS, SIN VESTUARIO NI MAQUILLAJE COMO REDES AMBIENTALES
La historia de la versión de Hamlet que Burton y Gielgud estrenaron en Nueva York en 1964 es singular y bastante pintoresca. Para empezar, todo se gestó con una apuesta, que hicieron Peter O’Toole y Richard Burton mientras rodaban el film Becket (Peter Glenville, 1964). Ambos eran estrellas emergentes de la escena británica, y a los dos les llegaron sendas ofertas para interpretar a Hamlet. Uno de los proyectos estaba destinado a ser estrenado en Londres, con Sir Laurence Olivier como director; y el otro se hallaba apalabrado para su exhibición en Nueva York, con John Gielgud como principal valedor. Una moneda sirvió para que O’Toole fuera a Londres y Burton a Nueva York, todo comenzó a rodar.
En esa época, el actor galés de Cleopatra acababa de contraer matrimonio con la diva de Hollywood Elizabeth Taylor, y su fama de arisco le hacía confraternizar generacionalmente con la filosofía de los jóvenes airados liderados por John Osborne y Alan Sillitoe. Una energía que supo aprovechar John Gielgud desde el primer momento, para embarcar al intérprete en un montaje neurótico, vertiginoso y atípico de la tragedia del príncipe de Dinamarca.
Sam Mendes se acerca a ese legendario trabajo comercializado en formato de vídeo a través de los testimonios del intérprete William Redfield como principales referentes contextuales, impresiones incluidas en el texto Letters from an Actor: una guía necesaria para establecer la escenificación con el adecuado rigor y verosimilitud. Bajo las citadas coordenadas, el cineasta británico incorpora momentos tan trascendentales como el de la negativa de Burton a ponerse los ropajes de la época isabelina, para caracterizar a Hamlet con trajes de calle propios de la época sesentera.
Como destacado leitmotiv, The Motive and the Cue narra la confrontación diaria entre dos concepciones diferentes sobre cómo entender la dramaturgia, una pelea entre bastidores que Gielgud transformó en el auténtico escenario; algo que Mendes utiliza para marcar la pauta creativa del torbellino de emociones que convirtió el Hamlet neoyorquino de 1964 en un ejemplo del talento exploratorio y deslumbrante de dos de los mejores actores británicos de todos los tiempos.
Nota: The Motive and the Cue tiene previsto ocupar el interior del Lyttelton Theatre de Londres, del 20 de abril al 15 de julio de 2023.
Sam Mendes tiene previsto grabar el estreno de The Motive and the Cue, para su posterior visionado en salas de cine y en streaming.
Más información, entradas y horarios en
https://www.nationaltheatre.org.uk