Mork and Mindy fue un serial sin grandes pretensiones artísticas, más allá que las de entretener; aunque. pese a su gestación original como simple vehículo para la diversión carente de mayores pretensiones creativas, hay que reconocer que esta obra dividida en capítulos colaboró activamente en preparar el terreno de la imaginación audiovisual al desembarco de posteriores comedias sobre alienígenas, como Alf y Resident Alien.
La ingenuidad de los guiones, marcados por un sinfín de situaciones albergadas bajo el paraguas de un humor ligero y sin dobles lecturas, definió el ADN catódico de esta producción, destinada a empatizar con las audiencias de cualquier edad y condición. Una fórmula de talente familiar, nutrida por las ocurrencias y disparates -voluntariamente infantilizados- del personaje principal: un extraterrestre procedente del planeta Ork que respondía al nombre de Mork, y que saludaba a todo el mundo con un simpático na-nu-na-nu.
Sin duda, Mork and Mindy no habría conseguido el éxito que obtuvo de no haber contado con el ocurrente Robin Williams al frente del reparto, quien caracterizó de manera fresca y elocuente al simpático Mork. El actor californiano accedió al papel cuando contaba veintisiete años, y su currículo andaba aún algo escaso de trabajos importantes. No obstante, Garry Marshall (uno de los creadores de la serie) se quedó impactado ante la audición del entonces joven cómico. En entrevistas posteriores, Marshall contó que lo que más le llamó la atención de Robin fue la facilidad y el desparpajo con que el posterior protagonista de Good Morning Vietnam modificaba los gestos y los registros vocales, siempre a ritmo vertiginoso. Tanto le gustó la técnica humorística de RW, que GM no dudó ni un momento en que el aspirante veinteañero era el ideal para encarnar al inocente Mork.
Tras Williams, los responsables del casting escogieron a la agradable y versátil Pam Dawber, para encarnar a la empática Mindy. La actriz de Michigan había aparecido hasta ese instante en algunos espacios y shows de la pequeña pantalla; pero, como RW, aún estaba a la espera de la gran oportunidad para desplegar su talento a nivel profesional.
Según las enciclopedias de la tele en USA, Mork and Mindy estrenó su primera temporada al recibir los datos positivos obtenidos después de una experiencia previa, realizada en la famosa producción Happy Days.
En febrero de 1978, Mork aterrizó en las tramas cincuenteras de Happy Days en un episodio especial, que fue seguido por bastantes espectadores. Tras la excelente acogida de este singular experimento, el serial se acogió a su naturaleza de sutil spin-off, para iniciar su senda en solitario.
Con estos parabienes, Garry Marshall, Dale McRaven y Joe Glauberg estrenaron Mork and Mindy el 14 de septiembre de 1978, en la cadena CBS; y ya no se movió de la programación hasta el capítulo final, emitido el 27 de mayo de 1982.
MORK AND MINDY DESARROLLÓ UN TIPO DE HUMOR FAMILIAR Y FÁCIL DE ENTENDER
En el primer episodio de Mork and Mindy, Mork aparece en Boulder, Colorado, mandado a la Tierra por Orson, para recopilar información sobre la manera de comportarse de los humanos. La acción se sitúa en los años setenta (el episodio original de Happy Days transcurría en los cincuenta, y Mork contaba historias del futuro en los setenta); y allí, en la época de los pantalones campana y los peinados underground (el corte de pelo que lucía Williams recordaba vagamente al de Michael Landon en Autopista hacia el cielo), el alienígena busca la manera de cumplir su misión, a la vez de establecer contacto con los que se cruzan en su errático camino.
Perdido en la calle, el hombre encuentra a la comprensiva Mindy: una joven profesora de música, que se siente conmovida por la sinceridad de Mork y su carácter apacible. Decidida, la chica lleva al extraterrestre al ático de su casa, para que se instale en esa estancia. Poco a poco, ella se convence de que su amigo es quien dice ser, por lo que empieza a enseñarle los usos y costumbres de los terrícolas.
Bajo este punto de partida argumental, la serie evoluciona progresivamente en torno a los equívocos y meteduras de pata de Mork, quien no conoce el humor ni la ironía; y al gradual enamoramiento entre la extraña pareja de compañeros de habitáculo.
Dentro de las tendencias cinematográficas y televisivas del tiempo en que Mork and Mindy fue emitida, el serial protagonizado por Robin Williams aprovechó la predilección de los espectadores por la ciencia ficción. El atronador dominio en las taquillas y en las parrillas de programación de La guerra de las galaxias y Buck Rogers hizo que los productores audiovisuales se atrevieran con obras del espacio abordadas de manera diferente. Un terreno en el que Mork and Mindy entraba de lleno, con sus chistes inspirados en el serial sesentero Mi marciano favorito, y más tangencialmente en el surrealismo galáctico de La escoba espacial.
Al final, y después de noventa y cinco episodios, Mork and Mindy finiquitó su trayectoria mediática en 1982, superada en los datos de share por Los Walton y Galáctica, estrella de combate. Sin embargo, y a pesar de la pérdida del afecto puntual de las audiencias, nunca pasaran al olvido las piruetas circenses de Robin Williams vestido con los jerséis multicolores de Mork, ni su particular mecanismo para traducir las expresiones orkianas al inglés de andar por casa.