Love of Lesbian dan rienda suelta a su creatividad, sin controles mercadotécnicos, en el hipnótico álbum El poeta Halley (Warner Music Spain). La banda barcelonesa compone trece temas con ritmos variados y letras absorbentes, en los que persiste el diseño de un universo a lo Ziggy Stardust.
Un rapsoda en busca de inspiraciones existenciales, dibujado según los trazos cromáticos de Sergio Mora, es el protagonista absoluto de una historia contada a base de canciones, dictada con atmósferas caleidoscópicas y frases de serenidad impostada.
Subido a un cohete espacial, Halley Star regresa a los paraísos catalanes alicatados por el quinteto de Sant Vicenç dels Horts; y lo hace en formato de disco: plagado de ripios elocuentes, y con abundancia de surcos destinados a despertar los sentidos de los que aceptan voluntariamente su filosofía ciudadana.
A través de sus líneas sinuosas, El poeta Halley construye su planeta imaginario verso a verso, como una oda a la reflexión y al disfrute: sin reglas que seguir, y con la única balsa activa de un sonido contagioso y diversificado.
LOVE OF LESBIAN HUYEN DE LAS ETIQUETAS
Si hubiera que escoger un denominador común para encuadrar esta obra de la formación española, quizá lo más llamativo sea su capacidad para liderar pentagramas diferentes, con los que enlaza cortes aparentemente discordantes. Un trabajo ajeno a las restricciones artísticas, en el que Santi Balmes y sus muchachos dejan deambular a sus musas en plena libertad, sin importar lo más mínimo ni la duración de las composiciones ni el estilo del que beben sus notas.
En ese contexto carente de fronteras expresivas, toman contorsión de pensamientos sinfónicos baladas de atmosféricos espejismos, como Bajo el volcán; manifiestos sobre locuras razonables, como Psiconautas; himnos de tenebrosidades atrayentes, como En busca del mago; o guitarreos nostálgicos, tan potentes e íntimos como el que abre El poeta Halley.
Todos ellos dotan de esqueleto sensible al héroe que da título al compacto, y que viene a ser como el alter ego de una humanidad habituada a silenciar lo importante, y que se deja llevar por las apariencias externas. “La vida nos huye, a la vez que nos fluye“, proclama Santi Balmes, con su tono de acordeón timbral, en uno de los tracks. Frase que adquiere comprensión a través de mensajes más específicos, de la naturaleza de “el amor, como al arte, es una droga aparte“.
Alegórico, humorístico, furioso, calmado, sincero, desnudo… Muchos son los adjetivos con los que puede definirse el contexto emocional de El poeta Halley: un viaje a la galaxia de la música, en la que es posible encontrar tradición y modernidad cenando a mesa puesta, sin censuras a la expresión y más allá de los movimientos, las modas y las corrientes.
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