La Llorona es la última pesadilla con la que el equipo liderado por el prolífico James Wan mantiene en pleno vigor la saga de efectos sobrenaturales inaugurada hace seis años, con la inquietante historia de Expediente Warren.
A medias entre el falso documental y las películas de variante gótica, las movies que conforman las franquicias de Expediente Warren (La monja y Annabelle) han causado más de un susto entre los espectadores, con una técnica que recuerda a las obras fantasmales importadas de Japón y Corea; mezclada a la perfección con las tradicionales e inspiradoras puestas en escena heredadas de la mítica Hammer Films.
Las ambientaciones frías y los colores apagados suelen ser los elementos que mejor definen las atmósferas de estas obras, elaboradas a partir de casos ocurridos supuestamente en la realidad; o ilustradas a través de los miedos ancestrales que atenazan a los terrícolas desde la tierna niñez.
Muñecos poseídos, poltergeist domésticos, casas encantadas, posesiones con exorcismos complicados, monjas de ultratumba y mucho movimiento espasmódico han sido los ingredientes constitutivos de la mayoría de los filmes que conjuntan esta exitosa saga alentada por el sello de The Conjuring, a la que ahora se suma La Llorona.
Como indica el título, esta película dirigida por Michael Chaves (The Maiden) toma parte de su argumento de la conocida leyenda mexicana de La Llorona: una mujer que, sometida a un proceso de psicosis agresiva, ahogó a sus hijos en un río, en una época indeterminada por la sabiduría popular. Desde entonces, cuentan los lugareños que el ánima de la asesina se pasea por los contornos en busca de niños, a los que llevarse al infierno. Un eterno deambular, que la atemorizante dama acompaña con un llanto imposible de olvidar.
Los guionistas Mikki Daughtry (Five Feet Apart) y Tobias Iaconis (Tras las líneas enemigas: Colombia) toman la figura de esta plañidera con malas pulgas; y la moldean a su antojo, para encajarla en la historia pensada para este spin-off protagonizado por Linda Cardellini (Brokeback Mountain), Marisol Ramirez (En la puerta de casa), Sean Patrick Thomas (Save The Last Dance) y Tony Amendola (Once Upon A Time).
LA LLORONA ESCONDE EL ROSTRO DE MARISOL RAMIREZ
Tras el maquillaje que lleva encima, resulta difícil distinguir los rasgos de la actriz hispana Marisol Ramirez: una profesional de los medios audiovisuales, que ha encadenado diversos papeles en conocidas series de televisión hasta acceder a este blockbuster, de la mano del espectro conocido como La Llorona.
Ramirez es la encargada de soportar bajo su interpretación el grueso del atractivo terrorífico que promete la cinta de Michael Chaves, tal como le ocurrió a la maquiavélica Bonnie Aarons, con su caracterización de La monja. Un trabajo que ha requerido largas sesiones de puesta a punto, con el objetivo de concretar el siniestro aspecto de la señora de las lágrimas malditas.
MR es el mayor reclamo de una trama que inicia su curso secuencial con la esforzada trabajadora social Anna Tate-Garcia (Linda Cardellini): una empleada que intenta sobrevivir con dos hijos a su cargo, en medio de una ciudad como Los Ángeles, tan caótica como lo era en los años setenta. La protagonista tiene aún muy reciente la pérdida de su esposo, motivo por el que será la víctima perfecta de La Llorona, y de su aquelarre maternal.
Perdida en su lucha frenética para impedir que la asesina surgida del Averno se lleve a sus pequeños, Anna recurre al singular Padre Pérez (Tony Amendola): un religioso que ya sabe lo que supone enfrentarse al Mal, después de su aterradora experiencia con Annabelle (ocurrida en la primera entrega de la saga de la muñeca satánica).
Localizaciones oscuras, banda sonora amenazante, giros de cámara electrizantes, y revelaciones que hielan hasta las palomitas son algunos de los ejes creativos por los que se mueve esta siniestra representación de La Llorona.
Nota.- La Llorona tiene prevista su fecha de estreno en España para el próximo 19 de abril.