Kate Morton se ha tomado cinco años de descanso editorial, desde el desembarco en las librerías planetarias de la exitosa historia coral conocida como La hija del relojero.
En ese lapso temporal de un lustro intenso y activo, la autora australiana ha aprovechado para ensamblar bien las piezas de Homecoming (Harper Collins): un thriller con forma de mosaico literario, el cual une el pasado y el presente, mediante la imaginación habitual y desbordante de la responsable de Las horas distantes.
Morton ha elaborado, durante los diecisiete años de carrera literaria que la contemplan, un estilo narrativo depurado y fantasioso, en el que las confesiones se entremezclan con realidades humanas enquistadas en la perturbación y el desánimo afectivo.
Sin recursos excesivamente barrocos ni complicados, la creadora nacida en Berri consigue trasladar al lector a los laberintos sentimentales que sufren sus amargadas y sorpresivas protagonistas: mujeres lastradas por existencias incompletas, que encuentran a través de las relaciones puntuales con sus familiares más lejanos un motivo para localizar la vitamina que les falta, y con la que consiguen sobrevivir en el oscuro y desconcertante universo que les rodea.
Como en el resto de sus obras, Homecoming (Regreso a casa) alimenta su discurso en torno a una casa con demasiados fantasmas en su interior, y un hecho trágico que marcó de por vida a los habitantes del lugar donde en el pretérito anidó la violencia más cruenta y criminal.
Este recurso situacional que comparten los textos ideados por Kate Morton responde a la admiración que la escritora oceánica siente hacia el período victoriano, con su preferencia por la inclusión de grandes y atemorizantes mansiones señoriales: edificios de regios y vetustos muros, que guardan en su interior secretos que esperan ver la luz algún día, con el paso de las décadas.
En el caso de Homecoming, la trama se despliega en torno al idílico paraje de Adelaide Hills, donde un macabro hallazgo desencadena un argumento teñido por revelaciones impactantes.
KATE MORTON SACA BRILLO A SU INNEGABLE CAPACIDAD DE INVENTIVA LITERARIA
El curso argumental de Homecoming inicia su recorrido con un terrible descubrimiento sucedido en la Nochebuena de 1959, en Adelaide Hills. Allí, un repartidor se topa por casualidad con el horrible hallazgo de un asesinato. Esto genera una exhaustiva y complicada investigación policial, que pone patas arribas la pequeña localidad de Tamblia, al sur de Australia.
Muchos años después, y en Inglaterra, una periodista llamada Jess recibe la inquietante llamada de una persona, quien le comunica que su abuela ha sido hospitalizada por una terrible caída. El accidente de su pariente obliga a Jess a viajar a Sydney, para hacerse cargo de la situación.
Una vez en la casa de su abuela Nora, la periodista halla un cuaderno que contiene datos sorprendentes sobre la tragedia que golpeó a la familia Turner, durante la citada Nochebuena de 1959. A la vez que desvela alguna luz relativa a un crimen que nunca fue resuelto satisfactoriamente, y que trastocó en su momento demasiadas vidas de personas inocentes.
A base de continuas conexiones entre las diferentes épocas y revelaciones que modifican en sustancia la fisonomía evolutiva de los tipos que pueblan las páginas del libro, Homecoming es ante todo -y según la propia Morton– un fresco sobre la maternidad, el odio consanguíneo y vecinal, las traiciones amorosas y la persecución de la infausta y escurridiza felicidad, enmascarada tras vaporosos sueños de juventud.
En definitiva, una obra con que la creadora australiana amplía su legado de palabras y paisajes inspirados; el cual comenzó a ensamblarse en 2006, con la atrayente atalaya edénica de La casa Riverton.
Nota: Homecoming estará a disposición de los lectores en lengua inglesa, a partir del próximo 4 de abril de 2023.
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