José Luis Alonso de Santos trae a la urbe del Manzanares su reflexiva obra En el oscuro corazón del bosque. En ella, un grupo de felinos domésticos torna su pelambrera animal en epidermis humana, para discernir sobre el amor, la vida y el paso del tiempo. El montaje estará en la cartelera de la Villa y Corte hasta el próximo 17 de abril.
Los gatos que habitan el lóbrego edificio levantado en el interior de la Sala Max Aub no degustan comidas energéticas, ni juegan placenteramente con la arena ecológica de un cajón de madera. Estos extraños seres son de los de heridas a flor de piel, de los de frases entonadas hacia las oscuridades existenciales, de los de collar antihedonismo…
El dramaturgo vallisoletano José Luis Alonso de Santos imaginó el universo de las citadas mascotas en 2008; y, con ellas, estrenó sus historias -contadas entre quejidos de incomprensión- en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, en 2009. La falsa fábula ocasionó sorpresa y entusiasmo entre el público anadaluz, y esos sentimientos son los que el veterano autor y director intenta despertar en la parroquia capitalina.
Manuel Galiana (Gato Viejo), Luisa Martín (Gata vieja), Marta Guerras (Cara de Ángel), Mariano Estudillo (Cara Triste) y Pedro Miguel Martínez (Gato Azul) componen el cuadro actoral de un texto cuya evolución se produce sin sobresaltos gratuitos: al ritmo de las confesiones que los personajes desgranan, en un decorado voluntariamente espectral.
JOSÉ LUIS ALONSO DE SANTOS NO CREE EN DOMESTICIDADES
Un vestuario sacado de finales del siglo XIX y principios del XX (elaborado con idoneidad por Lorenzo Caprile) guía al espectador por la selva emotiva concertada mediante actos encadenados, en la que una casa a punto de quedarse vacía y ser pasto de las escombreras acoge las diatribas amorosas de unos tipos pertenecientes al reino de los felinos, aunque con rigideces que se acercan más a los parientes de Adán y Eva que a los hermanos de Garfield.
Si en Cats, el rebelde Jélico se hacía eco de las palabras de T. S. Eliot, los mininos de José Luis Alonso de Santos toman como balsa rectora los discursos de Marco Aurelio, para dar por iniciado su paseo a través de un laberinto de afectos y desatenciones; en el que pivota un cierto apego a las huellas dejadas por Chéjov e Ibsen, y donde los párrafos tintan sus letras dentro de la paleta de las reacciones diversas.
Inmersa en esa tela de araña figurada, la obra sitúa la trama en torno a los amores secretos de una pareja crepuscular y otra más joven, como una visión del ciclo vital a la altura del vuelo de los pájaros. Todo para confluir en la libertaria moraleja de dejar hablar a los timbrazos del corazón, en vez de a las convenciones de domesticidad permitida.
Así es como presenta el creador vallisoletano a sus gatos, siempre en la piel de los que sufren: en medio de los decorados vacíos de objetos intrascendentes, y alentados por el calor de las sentencias destinadas a soliviantar al Hada Azul de Pinocho.
Más información, entradas y horarios en
http://www.mataderomadrid.org/ficha/5223/en-el-oscuro-corazon-del-bosque.html