George Clooney siente al aroma de la muerte en directo, en la nueva obra de Jodie Foster: una ácida comedia titulada Money Monster. En el reparto también aparecen Julia Roberts y el cada vez más solicitado Jack O’Connell.
Ser un as de las financias, y encima fardar de ello, puede tener unas consecuencias imprevistas. La búsqueda del enriquecimiento más o menos fácil lleva a muchas personas a confiar su destino a las opiniones de los supuestos expertos en materia de hacer dinero. Un riesgo potencial que depende de la naturaleza del individuo que maneja los caudales. Y, ya se sabe el dicho: la mano que mece la cuna del capital, es la mano que domina el mundo…
Por eso, cuando el cerebrito en inversiones fracasa; todos los sueños de los que pusieron sus ilusiones y ahorros en sus palabras de cartón se van a la ruina, como si estuvieran subidas en las almenas de un castillo de naipes azotado por el viento.
Una situación semejante es la que describe la última película de la actriz Jodie Foster en calidad de directora: Money Monster. Un filme muy en consonancia con los tiempos de crisis monetarias que se viven en la actualidad, y en el que George Clooney ejerce de maestro del engaño.
GEORGE CLOONEY FUNCIONA COMO FULLERO
En clave de comedia negra, la película de la protagonista de El silencio de los corderos se acerca a la existencia de un tipo con éxito: un individuo que ha hecho de su habilidad para acertar en los negocios el motivo de su popularidad. Lee Gates (George Clooney) tiene encanto y mucha suerte en sus predicciones, motivos más que sobrados para que su espacio televisivo -titulado Money Monster- sea seguido por millones de espectadores.
Sin embargo, la buena estrella del presentador se tuerce en el instante en que Kyle Budwell (Jack O’Connell) descubre que, debido a un mal consejo de Lee, su dinero ha volado. Sin un centavo en el bolsillo y con muchas deudas por pagar, el joven se lía la manta a la cabeza y se presenta un día en el plató de televisión. Una vez allí, toma la decisión de secuestrar a Gates, para proponerle un trato: si no consigue que las acciones que Budwell y los suyos adquirieron suban hasta 24.5 antes de que cierre Wall Street, el estafado asesinará en directo al analista económico. A partir de aquí, Jodie monta una montaña rusa de giros inesperados, en la que cualquier cosa medianamente segura cambia de color.
El guion ideado por Alan DiFiore (The Bridge), Jim Kouf (Grimm) y Jamie Linden (Querido John) da pie a Foster para engrasar los resortes de un argumento que ironiza con habilidad sobre la falta de ética de los prestidigitadores mediáticos, y que pone de manifiesto la impunidad con la que actúan los poderosos para aprovecharse de los más débiles.
A medio camino entre las consecuencias trágicas de Network: Un mundo implacable (Sidney Lumet, 1976) y El rey de la comedia (Martin Scorsese, 1982), el largometraje de la otrora chica de Sommersby se rueda durante estos meses en Nueva York, con un cuadro escénico repleto de caras de conocidas; en el que, además de Clooney y O’Connell, aparecen Julia Roberts, Dominic West y Giancarlo Esposito, entre otros.
No obstante, para saber si Lee Gates al final consigue salvarse y reparar el daño causado a Kyle Budwell y a sus parientes -o si es Budwell quien inflige el sufrimiento a Gates– habrá que esperar a pasar religiosamente por la taquilla. Ya que, por las fotos proporcionadas a la Prensa, es más que plausible afirmar que el tema narrado tiene visos de cambiar tras el visionado…
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