Diana Rigg, la actriz que en los sesenta triunfó como chica Bond y como la sensual compañera del agente John Steed, cumplió ochenta y dos veranos, el pasado 20 de julio. Aniversario que ha coincidido con un ansiado y merecido florecimiento profesional, para la intérprete nacida en Doncaster (Yorkshire, Inglaterra).
Después de su celebrado papel de la áspera Oleanna Tyrell, efectuado en la serie Juego de tronos, Rigg se ha dejado ver como la aristocrática duquesa de Bucleuch, en Victoria; al tiempo que ha participado activamente en la nueva adaptación a la pequeña pantalla de Todas las criaturas grandes y pequeñas, y de la inquietante Narciso negro.
Una lista de interesantes de trabajos, entre los que la protagonista de 007 al servicio de su majestad (Peter R. Hunt, 1969) ha incluido una más que prometedora participación en la esperada cinta del británico Edgar Wright (Scott Pilgrim contra el mundo): una movie de misteriosos y atmosféricos tentáculos sensitivos, titulada Last Night in Soho.
El guion original de la cinta, coescrito por Krysty Wilson-Cairns (1917) y el propio Wright, promete sacar un enorme partido a las distintas localizaciones por las que transcurre la trama del film, donde los engranajes audiovisual y estético -según el director- gozan de enrome importancia.
Al lado de Diana Rigg, el elenco artístico de tan sugerente largometraje reúne un plantel heterogéneo desde la perspectiva generacional, encabezado por la estadounidense Anya Taylor-Joy (La bruja); la neozelandesa Thomasin McKenzie (Jojo Rabbit); y los británicos Matt Smith (Doctor Who) y Terence Stamp (Las aventuras de Priscilla).
DIANA RIGG SE AJUSTA A LOS NUEVOS TIEMPOS
Diana Rigg es una estrella que ha sabido cómo modificar sus intereses interpretativos, conforme apagaba las velas acumuladas en las correspondientes tartas de aniversario.
Esa capacidad, para sacar partido a sus virtudes dramáticas sin importar las arrugas ni las canas, ha permitido a la actriz de Los vengadores seguir en activo, más allá de la mayor o menor grandeza de los papeles que le han caído entre las manos durante las últimas dos décadas. No obstante, el magnetismo imperecedero de la otrora chica Bond siempre logró extraer el oro escondido en cada frase pronunciada por breve que esta fuera, y en cada gesto mediado ante la cámara.
Aún se desconoce el alcance que Miss Collins (el papel que encarna en Last Night in Soho) tendrá dentro del argumento de la obra de Wright, pero seguro que Rigg ha disfrutado con cada toma del rodaje, y con el particular ritmo que el cineasta de Zombies Party suele imprimir en el set de grabación. Así, envuelta en la estela psicodelia del Londres de los sesenta, DR probablemente esgrimirá su cuidada dicción -fogueada en el teatro- y su gestualidad a prueba de duelos, para dotar de vida a un rol que tiene atisbo de amoldarse como un guante al estilo depurado de la inagotable Mrs. Peel.
Pese a que todavía no ha trascendido gran cosa respecto al argumento de la película, parece que Last Night in Soho juega con la idea de los viajes en el tiempo, mezclados con una voluntaria neurosis rectora; en la que la protagonista de la historia se siente aterrorizada, al desconocer cómo salir de la espiral de peligros a la que se enfrenta.
Una pesadilla sobre sueños de ambición creativa y cromatismo de inspiración pop, en la que Wright ha querido dejar plasmada su atracción hacia los miedos interiores de una joven ingenua en una ciudad asfixiante, similares a los expuestos en algunos de los títulos de Roman Polanski.
Nota: Debido a la pandemia de la Covid-19, el estreno de Last Night in Soho ha sido fijado -por el momento- para el próximo 23 de abril de 2021.
Más información en
https://www.focusfeatures.com/films