Depeche Mode llevan tiempo siendo la banda más señera de una new wave británica, estilo musical que aportó al mundo de las ondas sonidos diferentes y atmosféricos: melodías teñidas de dramatismos misteriosos, y fulgurantes e impetuosas búsquedas de la esencia humana. Temas como Personal Jesus o Just Can’t Get Enough forman parte de la memoria acústica de varias generaciones de admiradores de esa enriquecedora corriente creativa, hipnotizados por las percusiones introductorias de la electrónica inteligente esgrimida por el otrora cuarteto de Essex conocido por las siglas de DM (ahora dúo).
Los quince discos que componen el currículo profesional de Depeche Mode muestran los intereses artísticos de sus componentes por diseñar un caleidoscopio sinfónico capaz evolucionar a golpe de genialidades de estudio, siempre con la obsesión perenne de acercarse cada vez más a un perfeccionismo tenebroso y aguerrido, espoleado por hits bañados por el sudor cansado de un hedonismo eufórico y tecnológico, muy en la línea del explotado por grupos colindantes como New Order.
Memento Mori (Columbia Records/ Mute) viene a refrendar el gusto de Depeche Mode por reproducir un aura sobrenatural y espectral a través de los surcos, alimentada por las letras de sutil ultratumba que acompañan a las variaciones instrumentales, arrancadas a un puñado de mensajes de barroquismo impostado y apremiante.
El inesperado y prematuro fallecimiento del teclista Andy Fletcher (sucedido en su casa de Londres por causa una disección aórtica) marcó desde el principio la gestación y desarrollo de Memento Mori (Recuerda que morirás). Y el resultado de tales experiencias es una obra de tonalidades sombrías, inspirada en la iconografía fantasmal del film El séptimo sello, de Ingmar Bergman, y en las turbulentas pinceladas de los góticos flamencos.
Semejantes reflejos quedan patentes en el vídeo que acompaña al single Ghosts Again: una canción que rememora las irónicas susceptibilidades esotéricas de Ashes to Ashes, de David Bowie; aunque con unos acordes de espiritualismo más expansivo, casi pop.
DEPECHE MODE SE DEJAN LLEVAR POR SU PASIÓN HACIA LOS AMBIENTES ENRARECIDOS
La trágica muerte de Andy Fletcher se sumó con las sensaciones recibidas del confinamiento y la pandemia de coronavirus. Dos acontecimientos que obligaron a Martin Gore a colaborar intensamente con el letrista y vocalista Richard Butler, para sacar adelante la espina dorsal de los doce cortes de los que se nutre el cuerpo narrativo de Memento Mori.
Cuenta Dave Gahan que, cuando escuchó el resultado, se dio cuenta de que habían dado con la clave para seguir adelante con el sonido de Depeche Mode tras Spirit (2017), pese a la ausencia más que insustituible del imaginativo y polifacético Andy Fletcher. Esas primeras composiciones albergaban la esencia del pasado glorioso de la banda, y preludiaban un sinfín de posibilidades líricas anhelantes de exploración, sin la necesidad de estar dominados por la dictadura de la pureza electrónica de antaño.
Desde la planta etérea de las asunciones existenciales ajenas al paso del tiempo y a la cercanía de los finales atisbados, DM ejecutan un disco introspectivo y de ritmos contagiosos, en el que juegan con elementos tan singulares como las capillas eclesiásticas; las eternidades improbables; y los afectos mediados por la relatividad de los estados permanentes.
Dentro de esa amalgama de sensibilidades difusas, My Cosmos Is Mine actúa como el adecuado anticipo de este laberinto de asunciones sinceras, donde la voz profunda y declamatoria de Dave Gahan protagoniza la bajada a los infiernos -o la subida a las bóvedas celestiales- que programa el peculiar repertorio que se atisba tras el track inicial.
Las románticas contorsiones de My Favourite Stranger, las evocaciones templarias de Don’t Say You Love Me, las salidas slow dance de Soul with Me, o las irónicas afirmaciones de People Are Good revelan la capacidad camaleónica de Dave Gahan y Martin Gore, para prolongar el perfeccionismo sinfónico de los genuinos Depeche Mode.
Nota: Depeche Mode actuarán en el Primavera Sound Festival de Barcelona (2 de junio) y de Madrid (9 de junio).
Más información en
https://www.columbiarecords.com
Muy buen album, a pesar de la deficiente producción de Ford (nuevamente!). La producción se salva, por la experta italiama en synth/grabaciones análogas, y programaciones, llamada Marta Salogni.
Justamente, donde falla la producción, es NO entendiendo que es un álbum “dark”, y en lugar de alcanzar (cito tus palabras) “atmosferas góticas”, obtiene cierto “brillo” contemporáneo, que no debería estar NUNCA.
A pesar de esto, es un álbum conceptual, muy recomendable.
Tienes toda la razón. Sin duda es un álbum más “esperanzador” y “de tonalidades claras” que otros de la banda. El ambiente gótico al que me refiero no es algo extensible en la misma medida a todo el disco, pero siempre es perceptible o recomendable que grupos que cultivan una conexión espiritual como DM. En todo caso, comparto tu opinión de que se trata de un trabajo conceptual muy matizado en sus intenciones. Los directos prometen…