Cloverfield Lane 10 (o Calle Cloverfield 10) calienta fotogramas para propagar su terror psicológico en las salas de la Piel de Toro, a partir del viernes 11 de marzo; avalada internacionalmente como la falsa secuela de la célebre Monstruoso (Matt Reeves, 2008). El filme supone el debut en la dirección del interesante Dan Trachtenberg.
Algo oscuro se cuece en el interior de Louisiana. Allí, envuelta en sombras, la Calle Cloverfield se alza con una atmósfera extraña, como surcada por presentimientos de espectral naturaleza. A ese misterioso lugar es al que acuden la joven Michelle (Mary Elizabeth Winstead) y su pareja (John Gallagher Jr.), tras padecer un accidente. En la mencionada arteria, los dos reciben cobijo y ayuda en la propiedad de Howard Stambler (John Goodman); aunque, lo que empieza como una acción redentora, termina atrayendo una pesadilla de difícil escape.
Un presupuesto de apenas cinco millones de dólares ha sido suficiente para que el debutante Dan Trachtenberg diera cuerpo a una obra que se crece ante la sugerencia del miedo a lo desconocido, y que desgrana su intensidad dramática a través de giros sorpresivos, destinados a enganchar a los espectadores hasta el relajante the end.
CLOVERFIELD LANE 10 SIGUE UN CAMINO PROPIO
A pesar de los inicios un tanto confusos con los que se aireó el proyecto, el productor J. J. Abrams quiso resaltar -conforme avanzaba en el guion- que lo que había nacido no era en absoluto Monstruoso 2. El responsable de la resurrección de Star Trek y de Star Wars hizo esta apreciación después de haber promocionado el largometraje como “un hermano de sangre” de la citada movie grabada por Matt Reeves.
Para empezar, la película de Trachtenberg juega en una liga más modesta e íntima que su pariente estrenada en 2008. Una característica que embarca la historia en un proceso más modesto que el de la supuesta primera entrega nominada originalmente Cloverfield, y cuya acción tenía lugar en la ciudad de Nueva York. Dentro de esa clave conceptual, el principal decorado de Calle Cloverfield 10 se circunscribe a una telúrica casa, donde está ubicado el sótano que dio alas al embrión del libreto.
En el interior de ese espacio cerrado a cal y canto, y que preserva a sus habitantes de un miedo exterior presente en cada plano y secuencia, es donde transcurre la evolución dramática, que centra sus tentáculos en la psicología de los tres personajes protagonistas: unos seres que parecen atrapados en una mortífera ratonera, de la que solo pueden salir con los pies por delante.
Abrams fue uno de los primeros en ver las posibilidades de la historia base, el cual llevaba el título de The Cellar (El sótano); texto que redactaron Josh Campbell y Matthew Stuecken, resignados ante las escasas posibilidades de poder grabarlo algún día. Sin embargo, el entonces breve argumento llamó la atención del polifacético J. J., quien se quedó impresionado por la fuerza ambiental que transmitían sus páginas. Las sensaciones que The Cellar despertó en la mente del responsable de Perdidos fueron tan potentes, que el financiero tomó la determinación de que fuera la espina dorsal de Calle Cloverfield 10. Y así nació el proyecto.
Una vez alcanzado el acuerdo con los citados autores, y tras la incorporación al equipo de Damien Chazelle (Whiplash), el asunto cobró vuelo de crucero para conformar el filme que este viernes alcanza la cartelera española; animado por el sano propósito de provocar la tensión a base de sustos, siempre escondidos en la niebla nocturna y malsana de la América profunda.
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http://www.cloverfieldlane10.com