Yoshitomo Nara refleja sus emociones

Yoshitomo Nara desembarcó el pasado mes de junio en el Museo Guggenheim de Bilbao, para presentar con honores su arte ajeno a los academicismos vacuos. El creador japonés despliega con imaginación, en la ciudad regada por el río Nervión, un bosque de miradas retadoras; salvaguardas de la infancia frente a las amenazas de los adultos, y expresadas por los ojos envenenados de sus niñas de cabezas desproporcionadas y cuerpos pequeños y frágiles.
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Yoshitomo Nara ha sabido reflejar un universo propio, alejado de cualquier corriente pictórica.

Yoshitomo Nara fue un niño y un joven solitario, encerrado en las parcelas exclusivas de su potente imaginación, y rodeado por una sociedad que se debatía entre el olvido de sus raíces y la aceptación de una modernidad alienante y abismal.

La generación a la que pertenece Nara (nació en 1959) creció con los trágicos recuerdos de las bombas de Hirosima y Nagasaki, junto con la insalvable sombra de la colaboración de Japón con el eje genocida formado por el fascismo italiano y el nazismo alemán. Con semejantes cimientos humanos y afectivos, resulta comprensible el bosque de influencias al que se rindieron los artistas herederos de una postguerra complicada y dolorosa.

En esos momentos de incertidumbre y de superposición de sensibilidades, Yoshitomo Nara comenzó a pergeñar sus imágenes a través de la música, más concretamente del punk rock y de las bandas estadounidenses; a las que escuchaba en una radio donde podía disfrutar de las sintonías de los programas preparados para las fuerzas norteamericanas desplegadas en Vietnam.

Así, inspirado por las notas de canciones underground y retadoras de ritmos revolucionarios, el creador nipón aliñó una suerte de imaginería propia, liberada de las catalogaciones simplistas o meramente mediáticas.

Tales impresiones de autoría consciente se pueden contemplar en toda su amplitud dentro de la exposición que el museo Guggenheim de Bilbao dedica a este singular e interesante forjador de almas pigmentadas, una muestra que recoge tanto sus trabajos más populares, como sus obras menos divertidas o humorísticas.

El museo Guggenheim ha elaborado un completo catálogo sobre el arte de Yoshitomo Nara.

Al compás de las distintas propuestas (dibujos, esculturas y pinturas), la espina dorsal de la cita la componen las infalibles e irreverentes niñas kawai (monas). Estas pequeñas oleosas comparecen ante los espectadores como si fueran difuminadas gatas de la suerte, en las que es posible atisbar la versatilidad fantasiosa del pintor nacido en Hirosaki.

Pero cualquier análisis ingenuo de semejantes piezas peca de falsedad profunda, ya que los grandes ojos de las jóvenes retratadas -muy parecidos a los utilizados por Margaret Keane– denotan un sinfín de afecciones: de la ira al odio, de la concordia a la curiosidad, de la magia a los hechizos malignos, del enfado al pesimismo eterno…

YOSHITOMO NARA NO QUISO ENCAJAR EN LA CORRIENTE DEL POP ART JAPONÉS, NI ENTRE LOS HEREDEROS DEL MANGA Y EL ANIME

El escritor francés Marcel Proust puntualizaba en su novela A la sombra de las muchachas en flor que los artistas normalmente asumen la incomprensión de sus contemporáneos, ya que cualquier expresión creativa posee la intención de proyectarse a un futuro incierto. En este sentido, Yoshitomo Nara no fue ajeno a los juicios negativos respecto a sus obras, consideradas en no pocas ocasiones como banales, carentes de la fuerza necesaria como para proponer un discurso propio e individual.

Sin embargo, tales juicios contrarios no desanimaron a YN, sino que le impulsaron a seguir en la senda prevista, alternando sus piezas en gran formato con otras destinadas al diseño de portadas de discos, revistas y carteles. Dentro de este terreno, hay que resaltar la enorme repercusión que tuvo la carátula elaborada para el álbum Suspended Animation, del grupo de heavy metal conocido como Fantômas.

Yoshitomo Nara es un artista implicado con la sociedad de su tiempo.

Desde 1984, los centros artísticos internacionales han encontrado la clave necesaria para desvelar el valor de las obras de Yoshitomo Nara, al que han invitado a pinacotecas tan prestigiosas como el MoMA de Nueva York.

La muestra que presenta el museo Guggenheim de Bilbao -la cual permanecerá abierta hasta el próximo 3 de noviembre de 2024– reparte las inquietudes del creador nipón en distintos apartados (siete, en total), pensados para marcar los intensos procesos mentales de este mago de las sátiras con rostro infantil. Un maestro de las emociones pigmentadas que reconoce mayor influencia de Walt Disney y los dibujos de Warner Bros. que del legado del manga y el anime nipones.

Nota: La exposición de Yoshitomo Nara estará en el museo Guggenheim de Bilbao hasta el 3 de noviembre de 2024.

Más información, horarios y entradas en

https://www.guggenheim-bilbao.eus

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