Op Art, ilusiones plásticas en Viena

El Mumok (Museum Moderner Kunst) de la capital austriaca invita a introducirse en un laberinto de formas y ambigüedades visuales, en "History of Deception: 1520-1970".
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Op Art fue la expresión con la que se conoció la corriente creada a partir de los cincuenta, basada en las percepciones cambiantes de las imágenes/ Foto: Mummok

Op Art, o el arte de jugar con los nervios ópticos y los sentidos de la percepción de los espectadores, albergó en torno a sus filas a creadores ansiosos por encontrar fondos sugerentes, dimensiones ocultas a simple vista, y metamorfosis soñadas a partir de cualquier imagen, espacio o secuencia.

En consonancia con el cine de Alfred Hitchcock (solo hay que mentalizar los malabares escénicos ejercitados por el maestro británico, en filmes como Recuerda), este grupo de forjadores de ilusiones retinianas mostró las posibilidades inherentes en el movimiento y la transformación continua de las piezas artísticas que manufacturaba, en ruptura con la aparente inmutabilidad de los objetos.

Esta naturaleza de múltiples lecturas y aproximaciones a la imagen es la que explica la narrativa de History of Deception 1520-1970: una ambiciosa muestra, donde el Mumok vienés pretende reivindicar la importancia del Op Art  en la configuración de la materlización etérea y diluida de la plástica, corriente de pensamiento surgida tras finalizar la Segunda Guerra Mundial,

Por este motivo, la exposición toma prestado el título de Vértigo, en clara alusión y homenaje a la homónima película de Hitchcock, protagonizada por James Stewart y Kim Novak en 1958. Un largometraje que guarda numerosos punto de unión afectiva con los presupuestos demandados por los creadores del llamado arte óptico.

El venezolano Carlos Cruz Diez desarrolló en sus obras muchas de las tesis albergadas en el Op Art/ Foto: Mumok

Los comisarios de este mosaico de sutiles evoluciones (Eva Badura-Triska y Markus Wörgötter) han querido reunir una notable cantidad de trabajos de distintas épocas, y realizados en diferentes formatos; para desplegar la gran variedad de propuestas visuales que vistieron la coraza de un movimiento centrado en la espectacularidad, el cual basó su importancia en la capacidad para seducir a través de los sentidos, e incluso provocar mareos frente a la concentración excesiva de los que contemplan los cuadros, cortometrajes, relieves o instalaciones exhibidos.

Todos ellos tendentes a generar las adecuadas dosis de “vértigo” escénico.

OP ART Y SU INTROMISIÓN EN LA SUBJETIVIDAD

Durante el Renacimiento, maestros de las formas como Fillipo Brunelleschi o Piero de la Francesca dieron lustre a los cimientos de la llamada perspectiva cónica: un arriesgado y determinante método, destinado a arrancar de la concepción artística las limitaciones provenientes de las superficies planas.

Muchas veces estimulados por el contenido y los detalles, y otras por los falsos muros en los decorados propuestos; los creadores posteriores a Brunelleschi y De la Francesca han intentado hacer a los espectadores partícipes de la experiencia plástica, y tentarles a introducirse en el interior de las imágenes plasmadas.

Dentro de esta ansiedad por reclamar una colaboración activa de los que contemplan los lienzos, los representantes del Op Art fueron más lejos en sus intenciones, y elevaron a manifiesto el carácter ilusorio de las realidades ambiguas, que reflejaban en sus singulares trabajos. Así lo asumieron personalidades tan relevantes de esta corriente como Victor Vasarely, Yaacov Agam, Bridget Riley y el venezolano Carlos Cruz Diez (muchos de ellos presentes en la muestra del Mumok).

El Mumok invita a los espectadores a introducirse individualmente en cada una de las obras de Op Art colgadas en la muestra/ Foto: Mumok

Semejante espíritu de reto continuo es precisamente lo que prioriza el Mumok vienés, a lo largo del recorrido diseñado por Badura-Triska y Wörgötter. Un laberinto de imaginativas percepciones, en el que es posible perderse durante minutos en selvas de espirales agobiantes, o preludiar una breve ausencia de la parte consciente ante haces lumínicos intermitentes.

Según los expertos en arte de la época de los cincuenta y los sesenta, el ideario psicodélico esgrimido por el Op Art no pasó de superficial, y quedó anclado en el trucaje voluntario de curvas y líneas; sin embargo, sus tesis permanecen de alguna manera perennes en cualquier formulación plástica pretérita, presente y futura.

Un poso de seducción que engrandece el mensaje de la paleta o la cámara, y que rompe las aproximaciones atomizadoras al adentrarse en las entrañas de una obra.

Nota.- Op Art and History of Deception: 1520-1970 estará en el Mumok de Viena hasta el 26 de octubre de 2019.

Más información, entradas y horarios en 

https://www.mumok.at

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