John Grisham regresa con fuerza al mercado editorial con la publicación de su última novela, titulada The Whistler.
El autor estadounidense centra la trama en una conspiración de jueces corruptos, encargados de ganar dinero por encima de la legalidad.
El esperado libro combina con precisión el lenguaje directo y altamente visual del narrador de Arkansas, con un argumento que no da tregua a lo largo de su desarrollo.
Durante los años noventa, los textos de John Grisham coparon las pantallas cinematográficas en todo el mundo.
La tapadera, Tiempo de matar, El cliente y El informe Pelícano dieron un estatus literario realmente apabullante al creador nacido en Jonesboro, mientras las ediciones de sus conocidas historias de abogados y litigantes desaparecían de los escaparates con la velocidad del rayo.
Sólo reventadores de las listas como Stephen King, Lee Child, Ken Follett, Michael Connelly, James Patterson y Robin Cook, entre los más destacados, podían seguir sus mareantes cifras en ventas.
Pero la aglomeración de adaptaciones a la pantalla grande, y también una cierta complacencia en la reiteración temática de sus obras, hicieron que la fama estratosférica del writer de Arkansas cediera algo de terreno con el comienzo del tercer milenio.
Tras la montaña rusa que suponen los laureles deformantes, y asentado en una superficie más firme, el responsable de Causa justa vuelve a los juzgados con The Whistler, siempre espoleado por la defensa de los valores humanos, en una profesión (la de la abogacía) que le dio las claves necesarias para atreverse a dar el salto del bufete a la narrativa.
“Debo decir que no habría escrito mi primer libro si no hubiera ejercido antes como letrado“, afirma este cocinero de best-sellers.
De esta manera, y desde la privilegiada atalaya de la experiencia, JG afronta con aplomo su nuevo volumen literario.
Una historia contada con el ritmo ascendente que le caracteriza, y que progresa hacia la reflexión colectiva, sobre si la corrupción está adherida al sistema legal de cualquier país (asunto de vital trascendencia en la mayoría de las naciones).
JOHN GRISHAM EJERCE DE SHERLOCK HOLMES
Una peligrosa investigación, en la que está incluso involucrada la mafia, es el lubricante que utiliza el autor norteamericano para amplificar el interés de The Whistler.
Ambientado en Florida y a pleno sol, el texto sigue los pasos de una idealista abogada llamada Lacy Stoltz; la cual trabaja para el Departamento de Investigaciones de la Conducta Judicial.
Después de seis años en el citado puesto, la protagonista solo se ha topado con casos aislados de incompetencia. Sin embargo, un intrincado asunto hará que se plantee sus convicciones, respecto a la supuesta honorabilidad de las personas que visten la toga y golpean con la maza.
A lo largo de ese descubrimiento tan sorpresivo, la fémina recibe la inestimable ayuda del escurridizo Greg Myers: un peculiar y cuestionable letrado, que pone sobre la mesa de la heroína una denuncia por corrupción, que salpica a varios jueces de Florida. No obstante, y conforme ambos se meten en el intrincado sistema de enriquecimiento delictivo de los que sentencian los casos, la pareja empieza a darse cuenta de que el tema afecta masivamente al estamento judicial de USA.
Grisham vuelve a profundizar con decisión y criterio en las acciones que destapan los comportamientos corruptos y podridos del sistema legal, y lo hila a través de un efectivo enganche, que lleva al lector a establecer similitudes con la actualidad. Conexión que aporta verosimilitud al argumento planteado.
No en vano, el de Arkansas ha sido definido por el británico Ken Follett como “el mejor escritor en el género del thriller que aún está vivo“. Ahí es nada…
