Jodie Foster se siente cómoda cuando despliega su capacidad para sostener la mirada ante la cámara, e infundir seguridad. Una vez transporta al espectador a las ilusorias murallas inexpugnables del personaje al que intenta vestir con ropajes acerados, la actriz de Taxi Driver posee una facilidad innegable para quebrar esa aparente fortaleza: bien con un gesto tenue, o con una frase titubeante y nerviosa.
Semejantes matices estaban presentes en el rol de la última agente de la ley a la que Jodie Foster moldeó en el cine, dentro de la premiada cinta El silencio de los corderos. Unas sensaciones que la estrella de Acusados va a tener la oportunidad de recrear nuevamente, esta vez con un papel sin boleto de entrada en el reino de los perdones gratuitos, como es el elaborado para la cuarta temporada del serial True Detective, y cuyo subtítulo reza como Night Country.
La directora, showrunner y guionista mexicana Issa López (Casi divas) es la responsable del regreso de esta exitosa franquicia albergada bajo el paraguas de la cadena HBO, que comenzó sus emisiones en 2014. La creadora de Vuelven ha desarrollado una trama plagada de misterio y atmósferas cortantes, la cual tiene lugar en un centro de investigación aislado en Ennis, Alaska. Un sitio en el que se suceden unas inexplicables desapariciones.
Por primera vez desde el inicio de True Detective, el imaginativo Nick Pizzolatto no ejerce como guionista, y se queda como productor ejecutivo; aparte de prestar sus servicios como consultor puntual desde el punto de vista artístico y conceptual, para que no se traicione el espíritu original de esta valorada producción de la pequeña pantalla.
Pese a lo que pueda parecer a un simple vistazo, los cambios propuestos por Night Country no se muestran solo por el hecho de que ahora sean dos servidoras de la ley las que detentan el protagonismo (en las anteriores temporadas eran hombres), sino que también provienen de la naturaleza propia e intrínseca del relato, ambientado en unos escenarios que recuerdan a los de La cosa, de John Carpenter, y a los de Estación polar cebra, de John Sturges.
JODIE FOSTER SABE COMO DIRIGIR UNA INVESTIGACIÓN POLICIAL
La acción de True Detective: Night Country arranca con la ausencia prolongada e inexplicable de seis colaboradores de la estación de investigación de Ennis, Alaska. Los trabajadores se han esfumado de manera alarmante, sin dejar rastro. Un asunto bastante anormal, que deberán intentar resolver las agentes Liz Danvers (Jodie Foster) y Evangeline Navarro (Kali Reis).
Esta pareja de esforzadas servidoras de la ley guarda en su interior un sinfín de fantasmas del pasado, que atenazan sus días y sus noches. Unos abismos existenciales, que afloran en el “país nocturno” y helado al que se enfrentan, y donde el silencio y la oscuridad perenne conforman el ecosistema que envuelve el insólito caso.
Issa López monta en torno a la estación investigadora una red de conspiraciones y asesinatos, previstos para mantener el nivel de sorpresa asociado a True Detective. Una técnica equilibrada entre la violencia psicótica y la contención dramática, destinada a despejar las incógnitas de un suspense mediado por la introspección constante, y materializado a través del viaje sin retorno a las entrañas de las mentes de las detectives que protagonizan el serial.
Desde sus primera temporada, estrenada en 2014, la obra audiovisual pergeñada por Nick Pizzolatto ha mantenido el denominador común de escoger diferentes parejas de investigadores, que chocan entre sí; sentimientos de los que se nutren los escabrosos momentos a los que estos se enfrentan, y que les lleva imparablemente a unos delirantes exámenes de conciencia.
En la primera temporada, Matthew McConaughey y Woody Harrelson fueron los encargados de prestar sus respectivos físicos a un singular par de agentes con métodos de trabajo antagónicos, los cuales iban en busca de un escurridizo asesino en serie. En la segunda entrega, fueron Colin Farrell y Taylor Kitsch quienes lucieron la placa, con todos los defectos y virtudes de unos roles perseguidos por sus respectivas naturalezas, siempre bordeando la frontera de la legalidad. Ya en la tercera parte, Mahershala Ali y Stephen Dorff tomaron el testigo. Una labor que ahora va a recaer en Jodie Foster y Kali Reis, sumidas en similares territorios ubicados entre los infiernos personales y la bestialidad medioambiental. Extensiones tintadas por la falta de cordura, a través de las que se movieron sus ilustres predecesores, con resultados bastante notables.
Nota: El rodaje de True Detective: Night Country va a tener lugar en Islandia.
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