David Lynch levita con Chrystabell

David Lynch, quien no hace mucho tiempo declaró que el enfisema pulmonar que padece podría apartarle de su carrera como cineasta, vuelve a colaborar con la cantante texana Chrystabell, en el álbum titulado "Cellophane Memories" (Sacred Bones Records). El resultado de la unión se traduce en diez temas de atmósferas sugerentes y estimulantes, muy en la línea de los sonidos que suelen inspirar las películas de Lynch.
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David Lynch conoció a Chrystabel en 1999.

David Lynch nunca ha ocultado su interés por la música experimental, con la que provocar un caudal de imágenes hipnóticas, muchas veces reproducidas en sus imantadas y laberínticas obras cinematográficas y televisivas.

El responsable de Twin Peaks y Terciopelo azul mantuvo una estrecha amistad con el músico y compositor Angelo Badalamenti (fallecido en 2022), quien inició a Lynch en el gusto por crear melodías espirituales -que no espiritualistas- con las que vestir sus pensamientos surgidos de pesadillas agobiantes y paisajes misteriosos.

Bajo estas coordenadas estilísticas, las notas elaboradas por el cineasta norteamericano componen piezas teñidas de desconcierto emocional, como si los abismos surrealistas de su psique audiovisual se diluyeran en pentagramas espectrales y dramáticos. Una senda que encaja a la perfección con parte de las intenciones artísticas de Chrystabell.

Chrysta Bell Zucht y David Lynch aún están bastante alejados de los logros musicales de otras parejas absolutamente geniales en la composición y ejecución de piezas inolvidables -como es el caso de Jon & Vangelis-; pero la semilla de su proyecto común, la cual crece conforme transforma los vaivenes de la realidad en sintonías plenas de sonambulismo enérgico, se antoja cada vez es más compacta y atrayente.

La aparición en el mercado de Cellophane Memories (Sacred Bones Records) encuadra la trilogía completada junto a This Train (2011) y Somewhere in the Nowhere (2016), e ilustra con imaginación y sutilidad los entornos adormecidos y poliédricos que dibujan los surcos de este tríptico proteico e inspirado.

David Lynch ha encontrado refugio en la música.

Cellophane Memories suscita un cierto apego por la música ambiental, aunque sin precisar un estado sensitivo único al que acogerse. Lynch y Chrystabell simplemente se dejan llevar por las melodías, y se sujetan con convicción volátil a las evocaciones que sugieren las diez canciones del álbum.

En medio de ese escenario multicolor y onírico, la presencia de Angelo Badalamenti en el tema titulado She Knew (el autor de las bandas sonoras de las movies de Lynch grabó su participación poco antes de fallecer) descubre la pasión y el sentido del Cd. Un trabajo que vendría a ser como un efectivo y digno tentáculo de las atmósferas retorcidas y sorprendentes que le suelen gustar a Lynch.

DAVID LYNCH Y CHRYSTABELL ENCIENDEN UNA MARCADA HONDURA SENTIMENTAL, EN “CELLOPHANE MEMORIES”

La existencia a través de los sueños más diversos y las sensaciones verbalizadas a base de frases carentes de racionalidad gramatical son los elementos más llamativos de Cellophane Memories.

Desde el corte inicial (el subyugador She Knew), hasta la conclusión del disco, el oyente se introduce en un universo ideado de manera artificial, mediante el tono apagado de la garganta de Chrystabell y los sintetizadores rebajados en odiseas galácticas de David Lynch. Ni siquiera las guitarras y las mezclas de laboratorio permiten nutrir al álbum de una singladura menos vaporosa y más comercial; ya que lo importante parece residir en evocar estados de ánimo.

No obstante, y al contrario de lo que sucede con las películas del responsable de El hombre elefante, en esta tercera colaboración con Chrystabell no hay movimientos desconcertantes ni ácidos, capaces de romper la línea general de una obra destinada a poner en primer plano la armonía vital en comunión con el entorno, en lucha constante contra las estridencias vacuas.

David Lynch traslada su mundo interior a los cortes de “Cellophane Memories”.

Los complicados momentos actuales en la existencia de David Lynch (la batalla contra un enfisema pulmonar ha estado a punto de dar por terminada su trayectoria como cineasta) aportan un ecosistema de tristeza asumida, y que se percibe en los diez temas que conforman el desarrollo melódico de Cellophane Memories. Un sentimiento de fragilidad que focaliza con eficacia la voz polivalente y cristalina de Chrystabell.

A través de una narración sin saltos inesperados en su progresión conceptual, la conexión creativa que existe entre Lynch y Chrystabell eleva la factura de una obra plagada de estrofas reflexivas. Ambos acoplan sus respectivas virtudes e intereses a pintar una figurada acuarela musical con una paleta de grises melancólicos, en la que es posible seguir la huella indeleble del agente Dale Cooper y de la espectral Laura Palmer.

Nota: Chrystabell apareció en el revival de Twin Peaks en 2017, como la agente Tamara Preston.

Más información en

https://www.sacredbonesrecords.com/

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