Bille August recurre a Zweig
El director danés de "Las mejores intenciones" se inspira en la novela "La piedad peligrosa", del autor austriaco de "Carta de una desconocida", para elaborar su nueva película: un drama romántico ambientado en los prolegómenos de la Primera Guerra Mundial, que protagoniza Esben Smed (Per el afortunado).

Bille August quedó sorprendido por la capacidad emocional y amorosa que desprendían las páginas de la novela La piedad peligrosa, de Stefan Zweig. El cineasta danés de La casa de los espíritus se mostró hipnotizado por la amargura profunda con que el escritor centroeuropeo trató la pasión piadosa de un joven teniente, desplegada hacia una joven de prestancia imantada por la desesperación, y aquejada de una parálisis mal contemplada por la sociedad de su tiempo.
En un universo de mercadeo matrimonial centrado en las bellezas prístinas y sin dobleces, las imperfecciones físicas eran vistas como obstáculos insalvables, para lograr un casamiento cimentado en la atracción platónica. Una realidad que marginaba a las personas consideradas como diferentes en los imprecisos manuales de las idealizaciones. Tales hombres y mujeres, desheredados de las atenciones impetuosas por parte de los demás, debían esconder sus vulnerabilidades en los recintos públicos (solo hay que recordar los terribles sufrimientos que Lord Byron padeció a lo largo de su vida, para disimular su cojera).
Stefan Zweig (en una línea semejante a la de Benito Pérez Galdós, en Marianela) quiso tocar con singular aplomo e inspiración el infierno particular de una joven que lo tiene todo de su parte para conseguir un marido adecuado, pero que acaba siendo una pieza del tablero descartada en el juego de la seducción, debido a la minusvalía que le había ocasionado una caída mientras montaba a caballo.
Publicada en 1939, La piedad peligrosa exhibe el comportamiento de un hombre al que mueve el sentido caballeresco de prometer un futuro ilusorio con la mencionada dama lesionada de gravedad, pese a saber que él nunca podría unirse a una esposa a la que considera fuera del canon de belleza que admiran sus colegas del regimiento de caballería, en el que este presta sus servicios.

Bille August se sintió cautivado hace unos años por la crítica al escaparate de las apariencias vacuas, que ilustró Zweig en su novela de ficción más extensa; y, fruto de ello, se puso a diseñar el guion de The Kiss: una película de mentiras misericordiosas, en la que el romanticismo está herido por un fondo tenebroso de ausencia de veracidad.
El actor Esben Smed (quien ya colaboró con August en el film Per el afortunado) es el encargado de protagonizar esta inquietante obra, en la piel del contradictorio y confuso teniente Anton Marek. Por su parte, la actriz Clara Rosager (Rompiendo las normas) es quien realiza la parte correspondiente a la esperanzada Edith.
BILLE AUGUST RECREA DINAMARCA EN 1913
Aunque con interés por mantener la esencia del libro original de Stefan Zweig, Bille August no ha dudado en trasladar la trama inicial a la Dinamarca de 1913, un país sumido en una atmósfera de miedo creciente, hacia el acontecimiento bélico que estaba próximo a declararse en 1914. Tal determinación ha llevado al responsable de Pelle el conquistador a orquestar un titánico ejercicio de ambientación histórica, en el que se exhiben las disfunciones de una sociedad dividida entre clases bien diferenciadas, mientras los ciudadanos menos pudientes comenzaban a denunciar los privilegios de los poseedores de títulos y tierras.
En medio de este panorama de choque frontal, The Kiss refleja el cosmos de laboratorio que suponía el ejército, a través de la figura del teniente Anton: un muchacho de baja cuna, que anhela ascender en la estimación general, por medio de sus acciones en el campo de batalla. Lo que el oficial no puede prever es que, al conocer a la aristócrata Edith, su existencia va dar un vuelco desde el punto de vista de los ideales, y de la ética que el militar pensaba a salvo de posibles amenazas.

Motivado por la novela de Zweig, August se ha propuesto distanciar su adaptación de la llevada a cabo por el británico Maurice Elvey, estrenada en 1945. El director de La novela de una obrera se acercó a La piedad peligrosa con la potencia del melodrama propio de los años cuarenta, pero no explotó demasiado el costumbrismo de un mundo que estaba a punto de sufrir un cataclismo colectivo.
El cineasta danés pretende recuperar el enfermizo romanticismo que desprende el papel de Anton, sin perder de vista las reacciones de una Edith dispuesta a soñar y a desafiar a su propia clase social. Una fórmula que enfatiza los laberintos de una historia de amor con turbulencias sentimentales de difícil acomodo. Precisamente, un contexto en el que la pluma de Stefan Zweig se movía con inigualable gracilidad.
Nota: The Kiss tiene previsto su estreno para verano de 2022.